¡Agua! Sí, usted necesita agua. Pero no cualquier agua, sino una en especial. “… Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que cree en Mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él…” Juan 7:37-39
Aunque la fórmula del agua sea conocida, nadie puede producirla. Por ese motivo, los científicos creen que la crisis del futuro se generará por su escasez. Muchos ignoran cuán fundamental es esta sustancia porque está al alcance de todos. Al saber la importancia que tiene para nuestras vidas, no es difícil pensar por qué Jesús comparó al Espíritu Santo con este elemento. Así como el agua, El Espíritu del Señor es esencial para la vida y no hay nada ni nadie que Lo pueda reemplazar.
Muchos han sufrido por la ausencia de esta Agua en su interior. ¿Cuántas personas buscan llenar el vacío que sienten con los placeres que este mundo ofrece? ¿Cuántos buscan la felicidad, pero fracasan al intentar encontrarla? No existe otra bebida que sacie la sed.
Ahora, usted puede entender mejor que hay muchas personas sedientas de Él y que no lo saben. Tal vez, usted sea una de ellas, que ha buscado las “alegrías” de este mundo para apaciguar la depresión que siente.
Al igual que el agua, el Espíritu Santo está a su alcance. Comience por buscarlo y usted saciará su sed.