Felipe, que era de la misma ciudad que Pedro y Andrés, estaba muy entusiasmado por haber encontrado al Mesías – hacía mucho que los profetas de Israel venían prediciendo que un día Él iba a aparecerse entre los judíos para salvarlos –, y luego le contó el hecho a su amigo Natanael también conocido como Bartolomé.
“Hemos hallado a Aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.” Juan 1:45
Pero Bartolomé dudó de que su amigo tuviera razón sobre el Mesías encontrado. Tanto que desdeñó: “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?”
Felipe no le dio importancia a la ironía de su amigo, simplemente le respondió: “Ven y ve.”
Cuando llegaron al lugar, el Señor Jesús miró a Bartolomé y le gustó el carácter de aquel hombre. “He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño”. Con ese comentario, Jesús quiso decirle que Bartolomé no era falso, engañador, ni traidor. Él era transparente, sincero y honesto.
Entonces, aun desconfiando del Mesías, cuestionó al Señor Jesús sobre de dónde lo conocía. Sin embargo, Cristo le ofreció una de las respuestas más sorprendentes de Su jornada en la Tierra: “Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.”
Bartolomé se asombró porque el Señor Jesús sabía lo que había sucedido, aun sin haber estado presente cuando Felipe lo llamó. E inmediatamente después reconoció que el Señor Jesús realmente era el Salvador que las Escrituras citaban: “Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel.”
Y Cristo añadió: “¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás. Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.”
¿Cómo se ha presentado usted ante Dios?
Nuestra lucha espiritual es continua. Todos los días nos enfrentamos a espíritus malignos, a las tentaciones y a los desafíos de la vida. Por eso, evalúe cómo se ha presentado delante de Dios.
De la manera que usted ha conducido su vida, ¿puede Dios ver buenas cualidades al igual que las identificó en Bartolomé?
Haga esta reflexión diariamente, no pierda el objetivo. Si usted ha enfrentado luchas y debido a eso, si el desánimo ha invadido su alma, presente su problema a Dios. Converse con Él, pero no deje que eso le impida tener una buena relación con el Espíritu Santo.
No se aparte de la presencia de Dios, encuentre la dirección de la Universal más cercana a su hogar y participe en una reunión.
Haga un buen uso de su tiempo y descubra también la historia de los discípulos mencionados en la Biblia.
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