La gran mayoría de las personas ya oyó hablar del bullying y, ciertamente, lo primero que les viene a la mente es un estudiante intimidado con agresiones intencionales, verbales o físicas de manera repetida por sus compañeros.
Pero, para sorpresa de muchos, esa práctica también sucede dentro del ambiente corporativo y puede ser un problema serio para quien es blanco de ese tipo de ataque.
Sepa qué es
Para la psicóloga Ligia Campos, de 27 años, directora ejecutiva de la consultoría de reclutamiento 4hunter, a pesar de que el término bullying es relativamente nuevo, la práctica, lamentablemente, es muy antigua en las relaciones entre las personas. “Son acciones que cruzan el límite del otro, en las que existe una exposición y, en ese contexto, puede haber maldad o no en el comentario”, dice.
Las principales quejas sobre el bullying en el trabajo están relacionadas a acusaciones sobre equivocaciones no cometidas, menosprecio en las reuniones, críticas constantes por parte de los compañeros o del directorio delante de todos y exclusiones deliberadas de proyectos o reuniones.
Además, los ataques pueden apuntar a las características personales como la raza, el género y la apariencia física. En esas circunstancias, la psicóloga alerta que los casos de bullying son independientes del grado de intimidad entre las personas. “Alguien puede llegar y, sin tener libertad alguna para eso, insultarlo y hacerle bromas bobas”, explica.
Intensidad y frecuencia
Lilian alerta que quien es agredido necesita observar si esas acciones se vuelven repetitivas y en qué grado suceden. “Si la frecuencia y la intensidad son cada vez mayores, es necesario protegerse. Nada como una conversación con el agresor para entender la situación, ya que el bullying puede causar una angustia tremenda y el agredido se vuelve introspectivo, lo que lo perjudica mucho en su desempeño laboral”, revela. Además, la psicóloga afirma que ese abuso puede transformarse en asedio moral. “Este es pasible de acciones judiciales contra quien lo practica. A pesar de la competitividad, las empresas no aprueban ese tipo de conducta”, afirma.
Dejado de lado
El supervisor de operaciones Elenílson Pereira da Silva, de 50 años (foto), sintió en su propia piel el bullying practicado por sus compañeros. “Yo había empezado en un nuevo empleo y fui puesto en una función para la cual aún no estaba capacitado”, recuerda. En poco tiempo, comenzó a oír bromas de otros empleados que involucraban su nombre. “Oía frases como ‘ese no lo va a lograr’, ‘él no tiene habilidad para la profesión’. Cuando llegaba a las ‘rondas’ de conversación, era totalmente ignorado. Literalmente, me dejaban de lado”, cuenta.
Como necesitaba el empleo, él tuvo que adaptarse rápidamente. “No podía perder esa oportunidad, pero el problema es que las personas no tienen tiempo ni paciencia para enseñar. En esos momentos, hay personas que lo apoyan y otras que se burlan, y que incluso lo desprecian”, detalla. Él cuenta que tuvo que aprender el trabajo y a enfrentar las situaciones del día a día, mirando lo que los demás compañeros hacían y contando con la buena voluntad de unos pocos. Se puede decir que fue testeado profesionalmente y también psicológicamente. “No desistí. Siempre tuve fuerzas. Fui creciendo con el tiempo y me gané la confianza y la amistad de todos”, relata.
El buen profesional
Algunos especialistas afirman que el bullying en el ambiente de trabajo tiene que ver con el hecho de que víctima sea un buen profesional, busque un desempeño óptimo y empiece a molestar a sus compañeros, quienes se sienten amenazados. Elenílson se encuadra en ese caso, ya que, pasado algún tiempo, cambió de categoría y pasó a otra función. “En 3 años fui promovido dos veces”, revela.
Él cuenta que hoy lidia diariamente con más de 40 empleados y que tiene el respeto y la admiración de todos. Esa es una conducta que él no cambia, aun habiendo pasado por situaciones de bullying en el trabajo. “Las personas ya me conocen y saben cómo soy. Independientemente de quién sea, busco tratar a todos de la misma manera, con respeto, sin hacerles a mis compañeros lo que me hicieron a mí”, afirma.
Si usted quiere aprender a enfrentar las dificultades del mercado de trabajo y convertirse en la persona que desea en la vida profesional, participe en el Congreso para el Progreso en Av. Corrientes 4070, Almagro.
Encuentre la Universal más cercana a su domicilio, accediendo a www.universal.org.ar/direcciones
[related_posts limit=”8″]