Educar a los hijos para que sean consumidores conscientes no es una tarea fácil. Para dificultar el trabajo de los padres, la publicidad dirigida al público infantil es muy atractiva y seduce a los niños a consumir desde fast-food hasta juguetes electrónicos. En fechas festivas como la Navidad, el estímulo al consumo aumenta y muchos padres ceden a los pedidos insistentes de los pequeños. Para el consultor Stanlei Bellan, la educación financiera es importante para la formación de los hijos. “El comienzo de la educación financiera se da con las pequeñas acciones diarias de cada familia. Para tener esta educación es necesario que los padres les enseñen a sus hijos, desde pequeños, a tener responsabilidad con el dinero”, dijo.
El consultor Stanlei Bellan aconseja que la mensualidad es una buena herramienta para el aprendizaje financiero, ya que de esa forma los pequeños aprenden algunos de los conceptos más básicos de las finanzas: ganar, ahorrar y elegir en qué gastar. “Nunca es demasiado temprano para enseñarles sobre cuestiones financieras y, claro, de el ejemplo en casa y todo resultará más fácil. Vale recordar que la mensualidad debe pagarse puntualmente para dejar claro el carácter de responsabilidad sobre los pagos prometidos”, explica Bellan. Pero recuerde: el uso de la mensualidad debe ser supervisado.
Uno de los errores más comunes que cometen algunos padres en la educación de los hijos es pagar la mensualidad como recompensa por buenas acciones. Cuando el hijo obedece a los padres a cambio de dinero, pasa a ver las relaciones de afecto como relaciones de intercambio y entonces se convierte en una persona egoísta. “El niño tiene que tener una buena educación independientemente de la recompensa”, alerta el consultor financiero.
Además de enseñar en qué y cómo gastar, también es necesario enseñar a ahorrar. “El valor de la mensualidad depende de la condición social de la familia y de la edad del niño. Lo ideal es que le sobre un poco, como el 10% o el 15% del valor total”, afirma. Guardar dinero, planificar el futuro, establecer metas, son formas de educar a los hijos para que no compren por impulso y sepan valorar lo que reciben.
Enseñarles a los hijos a valorar el dinero, a planear las compras y los gastos y que aprendan a invertir es fundamental para que crezcan como consumidores responsables y tengan un futuro más próspero.
La educación financiera en cada fase del desarrollo
De 3 a 6 años – La familiaridad con las finanzas tiene lugar cuando el niño adquiere la capacidad de encajar objetos. Ayudarlo a colocar una moneda en un cofrecito ya es el principio del concepto de ahorro. Cuando comienza a aprender los nombres de los animales, esto puede agregarse al aprendizaje. Lo mejor en esa fase es estipular un valor con el cual el niño pueda comprar una golosina o un libro. La idea es accionar más con el concepto que con el valor. Es importante decir que el dinero proviene del trabajo y existen límites para los gastos.
De 7 a 12 años – A esta edad el niño ya está aprendiendo a sumar y a restar, y los más grandes ya saben calcular el cambio. Por este motivo puede introducir la “paga por semana”. El ciclo es más corto y es posible verificar cuánto sobró al final de la semana. Esté atento y enséñele a los niños a decidir cuál será la finalidad del dinero y a controlar las compras hasta la siguiente mensualidad.
De 13 a 15 años – En la fase de la adolescencia, el pago por semana debe cambiarse por la mensualidad, ya que es un entrenamiento para la vida adulta. Si el dinero se termina es importante que los padres no completen lo faltante. Si el valor es insuficiente debe revisarse con frecuencia. El cálculo puede ser un poco mayor que los gastos en meriendas y salidas al cine.
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