La vida espiritual de muchas personas es como un espacio desocupado. Es por eso que se vuelven vulnerables.
Si no cuida su vida de forma adecuada, todo lo ilícito de este mundo encuentra el espacio libre y se instala. Pero si la casa, o sea, la vida espiritual, está ocupada con el Espíritu Santo, es imposible que eso suceda.
El obispo Correa explica: “Las fuerzas malignas consideran al cuerpo humano como si fuera un hogar y después de que lo abandonan, quieren volver a habitarlo: ‘Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. Y cuando llega, la halla barrida y adornada. Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero.’, (Lucas 11:24-26)
Así que sucede en la vida de muchos cristianos. Llegan a la iglesia, se liberan, limpian su interior, pero no cuidan su vida espiritual. Entonces, cuando se dan cuenta, están más vulnerables que antes.
Hasta el día de nuestra muerte, los espíritus intentarán volver al cuerpo que consideran suyo”, comenta el obispo.
Por eso, es importante que cuide su vida espiritual buscando lo más importante: el Espíritu Santo. También es fundamental mantener la práctica de la obediencia a la Palabra de Dios. Para ello, la Biblia es un instrumento fundamental, ya que es una forma de aproximarse a Dios.
Medite si usted ha cuidado su vida espiritual de manera correcta o si está descuidando su casa y llenándola de cosas de este mundo.
[related-content]