Cierta vez, el Señor Jesús dijo: “… Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el Reino de Dios.” Lucas 9:62
Cuando nos damos cuenta de la metáfora que usó el Hijo de Dios, podemos ver que es interesante. Se refiere a tomar el arado y no mirar hacia atrás.
¿Qué es arar la tierra?
En la agricultura, antes de sembrar, la persona debe abrir surcos en la tierra, remover el suelo, para ablandar la tierra (imagen al lado). Con este procedimiento, se pueden notar muchos beneficios, por ejemplo, una mejor filtración del agua en el suelo y un mejor desarrollo de las raíces de las plantas. Esta práctica existe desde la antigüedad entre diferentes pueblos.
¿Por qué en el arado, no se mira hacia atrás?
Para que la actividad se realice con éxito, el agricultor debe caminar en línea recta sobre el suelo (como muestra la imagen de arriba).
Sin embargo, ¿cómo se puede ir en línea recta hacia adelante, mientras se mira hacia atrás? ¡No se puede! Porque la persona necesita mantenerse enfocada en lo que hace. No puede mirar hacia otra dirección, porque corre el riesgo de “salirse de la línea”.
Rumbo al Reino de los Cielos
Por lo tanto, así es el camino que nos lleva al Reino de Dios. El seguidor de Cristo debe tener la mirada fija en su objetivo. Debe dejar atrás su pasado de errores y no debe prestarle atención a las dudas que surgen en medio del camino, en contra de la fe. Debe ignorar totalmente el brillo de este mundo corrompido y caminar hacia la Salvación.
Así como el apóstol Pablo observó en una de sus cartas: “… pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14
En otras palabras, cuando abrazamos la fe, debemos seguir hasta el fin: participar de las reuniones en la iglesia, leer la Biblia, orar, ayunar, hacer todo con amor y reverencia hacia Dios, someterse a Su voluntad, hasta que llegue nuestro último día en esta tierra y alcancemos el Reino de los Cielos por toda la eternidad.
“Para el Señor, es todo o nada”
Con respecto a este pasaje bíblico, el obispo Edir Macedo comenta en una de sus anotaciones bíblicas: “La incumbencia del siervo de Dios es mirar hacia adelante continuamente, estar siempre atento a la Voz Divina y no nutrir ningún tipo de pesar por aquello que dejó atrás. Para el Señor, es todo o nada. Si no es así, ese siervo no estará apto para el Reino de Dios.”
Haga una alianza con Dios
Lamentablemente, muchas personas llegan a concurrir a las reuniones de la iglesia, pero aún no hicieron un pacto con el Autor de la Vida. Por eso, no pierda tiempo. Haga una autoevaluación sobre la manera en la que usted ha procedido con respecto a la Salvación de su alma.
En la Universal, diariamente, se realizan reuniones en diferentes horarios. Busque la dirección más cercana a usted, haga clic aquí, y ¡participe!