¿Alguna vez pensó en ser exitoso y tener una vida mejor? Seguro que sí, pero ¿qué ha hecho para conquistar esa vida? ¿Sabe adónde quiere llegar o apenas desea lo mismo que los demás tienen? Cuando no sabe adónde ir, nunca llegará a ningún lado, o tendrá que aceptar cualquier lugar.
Para muchos, tener éxito es tener el empleo soñado, o una casa grande, con autos nuevos en el garaje, o incluso viajar para conocer los lugares más sensacionales del mundo. Ninguna de estas concepciones del éxito es incorrecta, son totalmente válidas, pero no existen obras sin acciones. Es importante saber que para alcanzar el éxito es necesario tener preparación y una idealización, o los objetivos nunca dejarán de ser sueños.
Nada de lo que queremos conquistar se obtiene fácilmente o sin trabajar, por eso, antes de todo, es necesario saber bien qué es lo que se quiere y adónde se quiere llegar, pues eso le dará la motivación necesaria para alcanzar su objetivo.
Nadie puede definir sus metas por usted. Solo usted puede hacerlo. Analice y vea qué dirección está tomando, porque antes de definir adónde quiere llegar, es importante saber dónde está.
Cree metas y póngase objetivos. Con la sabiduría de Dios podrá alcanzarlos. Reciba esa sabiduría en el Congreso para el Progreso, una reunión que se realiza todos los lunes a las 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070.
Ellos derribaron las murallas
Oscar: “Las enfermedades nos generaban problemas económicos, porque al no poder trabajar no lográbamos pagar ni el alquiler. Vivíamos de prestado y apenas teníamos para comprar los remedios y comer.
En el Congreso para el Progreso buscamos revertir esa situación y hoy tenemos nuestra casa, una empresa de construcción y un auto”.
Betty: “En mi vida había mucha pobreza, vivía de prestado, debía impuestos y servicios. Estuve así durante cuatro años, en un momento pensé en matar a mis hijos por la desesperación.
Hace seis años conocí la Universal y empecé a participar del Congreso para el Progreso. Hoy tengo mi casa propia, abrí mi negocio y voy por mucho más”.
Norma: “En mi vida había miseria. No tenía condiciones de alimentar a mis cuatro hijos, viajaba colada en el transporte público para poder llegar a la iglesia. Cuando nos bajaban porque no teníamos boleto, esperaba otro tren y me volvía a subir. Gracias a Dios, tengo mi emprendimiento, mi casa está completamente equipada, hace dos meses compré mi camioneta y voy por mucho más”.
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