¿Son de los que se pelean mucho pero se entienden con la misma facilidad o casi no discuten y cuando sucede llegan a lastimarse?
Tener un compañero que sea amigo, que esté a su lado, principalmente en los momentos difíciles para ayudar y en los buenos para celebrar una conquista o cualquier otra situación feliz, que le guste conversar, que sea fiel y que no mienta. Estas son algunas actitudes que las personas desean que estén presentes al encontrar a alguien con quien iniciar una relación. Convivir con alguien a diario no es fácil, durante la etapa de noviazgo normalmente nada incomoda, hasta que sucede el casamiento. Independientemente de cualquier cosa, las adversidades del día a día podrán volverse pequeñas cuando el matrimonio es unido y tienen el mismo objetivo en común. Delante de eso, ¿qué tipo de matrimonio son ustedes?
“Están los matrimonios que tienen el mismo genio, el mismo modo de pensar, de hacer y de excederse en las actitudes, así, constantemente todo termina generando discusión y desacuerdos, pues ninguno es capaz de ceder ni un poco para cerrar la discusión y siempre uno quiere tener la palabra final. A pesar de que muchas veces, cuando ellos se extrañan, hacen las paces con la misma facilidad, sin embargo, lo ideal es que cada persona tienda a mejorar”, comenta la psicóloga Mayara Ribeiro Dotta.
Otro tipo de relación es la que el matrimonio no tiene la costumbre de pelear, pero cuando lo hacen llegan al punto de lograr recordar cuales fueron los últimos desacuerdos. Combinan sus ideas y siempre ceden algo para que se haga la voluntad de otro sin sentir la necesidad de pensar en sí mismos antes que en su pareja. “Cuando hay una discusión o al menos un modo de hablar más rápido, a ellos les parece extraño la actitud del otro o se sienten molestos por no estar acostumbrados. Cuando las palabras ofenden se quedan hasta sin hablar”, cuenta la especialista.
Ella explica que independientemente de como el matrimonio se relacione, lo importante es que haya compromiso y respeto entre los dos. “La persona que no es buena con el no prójimo, no será la ideal para usted. La naturaleza de la persona tiene que ser pura. Es necesario tener voluntad de conquistar y alcanzar sus objetivos, pero por más que el otro no concuerde con todo lo que uno habla, va a saber respetar su opinión, va a escuchar y hablar solo cuando fuere necesario. No siempre que su pareja quiere hablar es porque necesariamente necesita oir consejos”, finaliza.
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