¿Qué bien le ha confiado el Señor a los siervos?
La Salvación del alma es el mayor bien confiado al ser humano.
El Señor Jesús lo compara al Reino de los Cielos en la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30).
Más allá de una conquista, la Salvación del alma también es un talento natural de cada siervo de Dios.
En la parábola, el Señor avisa que en Su Regreso reunirá a Sus siervos para arreglar cuentas con ellos (Mateo 25:19).
Ese día, Él exigirá lo que ha esperado de cada siervo bueno y fiel (Mateo 25:21).
O sea, la multiplicación de los talentos de cada uno.
Como Justo Juez, Dios nunca pide lo que no se puede dar. Los talentos son dados de acuerdo con la capacidad de cada uno de generar, como mínimo, otro talento.
Es el criterio justo del Altísimo.
Todos los siervos tienen condiciones de multiplicar sus talentos porque fueron revestidos de autoridad para eso.
Quien realmente es siervo obedece, se dedica y multiplica sus talentos. Los siervos malos, negligentes e inútiles son lanzados fuera del Reino, regresan a las tinieblas. Allí habrá lloro y crujir de dientes (Mateo 24:14-30).
Obs.: Por favor, lean el Texto Sagrado con la debida atención que merece.
Obispo Macedo
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