Francisco Javier Agüero y Marisol Cortéz hoy tienen una vida maravillosa junto a su pequeño hijo, pero su historia tuvo momentos muy difíciles. La fe fue el motor de cambio que les permitió dejar el sufrimiento atrás.
“Yo era una persona muy nerviosa, recuerdo que peleaba mucho con mi marido y a veces me iba de casa y volvía tres o cuatro días después. No me importaba nada, era tan terrible mi conducta que llegué a dejar a mi hijo solo y él tenía epilepsia”, cuenta Marisol conmovida.
Ella no podía dormir a la noche porque sufría ciertos trastornos espirituales que la afectaban seriamente. “Veía sombras y escuchaba una voz que me decía ‘matate’, eso me atormentaba noche tras noche”, comenta. A raíz de estos problemas intentó suicidarse tres veces, como tenía trastorno bipolar una vez tomó un cuchillo e intentó matar a su esposo para luego suicidarse.
Ella no lograba creer en nada, no sabía dónde buscar ayudar porque desde niña había buscado ayuda en brujos sin encontrar una solución. Sin embargo, al comenzar a participar de las reuniones de la Universal, su vida tuvo un giro de 180º. “Participamos de las reuniones de viernes para ser libres de lo que nos hacía sufrir y también hacíamos la cadena de los días domingo pidiendo por la familia. Fuimos aprendiendo a usar la fe, la Hoguera Santa fue una gran oportunidad para cambiar de vida definitivamente”.
Ellos perseveraron en las reuniones y Marisol fue libre de todo lo que la afectaba: del nerviosismo, el trastorno bipolar, los pensamientos de muerte y la desconfianza que le tenía a su esposo. El matrimonio fue transformado y hoy son una familia feliz.
“Valió la pena probar esta última puerta”, afirman sonriendo.
Ellos concurren a la Universal de La Rioja, PTe. Hto. Yrigoyen 317
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