“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”, (Marcos 16:15-16).
¿Quién cree y quién no cree?
Los que creen saben el secreto del éxito, porque conocen el camino del Altar.
Los que creen saben que todas las respuestas que necesitan vienen del Altar.
Los que creen son bienaventurados.
Los que creen sacrifican.
Los que creen no tienen dudas.
Los que creen no andan según el pensamiento o la opinión de terceros.
Los que creen no son confundidos.
Los que creen son expresiones de la Gloria de Dios en este mundo.
Por eso, Dios en la persona del Espíritu Santo, ha escogido a los que creen para que manifiesten la Gloria del Señor Jesús en este mundo.
¿Cómo es posible que las personas puedan saber que Jesús resucitó? ¿Cómo se puede mostrar al Dios Vivo que venció a la muerte, al infierno y a Satanás? Cuando nosotros manifestamos Su Gloria en este mundo.
Cuando nosotros exhalamos Su perfume en este mundo. Cuando asumimos la fe en Él y esa fe no es teórica, sino práctica.
Nosotros perdonamos a nuestros ofensores, ponemos la otra mejilla, soportamos, hasta nos retractamos. Eso por la fe que supera cualquier dificultad.
La fe sobrenatural es como el Sol. Usted ve el cielo nublado, pero no por eso no hubo salida ni puesta de Sol. No importan las condiciones meteorológicas. Así es la fe. La fe sobrenatural cree en lo imposible. La persona que tiene esa fe cree independientemente de las circunstancias.
Entonces, no hay forma de que algo no funcione cuando se deposita la fe en la Palabra de Dios. Pase lo que pase, la Palabra de Dios va a cumplirse.
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