El apóstol Pablo dijo que el dios de este mundo cegó el entendimiento de las personas: «Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios», 2 Corintios 4:3-4.
Un día muchas personas dieron su vida por la fe en el Señor Jesús y después abandonaron esa fe. Esas personas dicen que sufrieron injusticias y siempre culpan a los demás por sus caídas, cuando, en realidad, ellas son las culpables.
Dios no quería que Adán y Eva conocieran el mal, sin embargo, a causa de la curiosidad, Eva comió del fruto del mal conscientemente. El diablo la llevó hacia la rebeldía, pero, si solo él hubiera sido el culpable por esa actitud, Dios no hubiera castigado a Adán y Eva, porque Él es justo.
Por este motivo, si se equivocó, la culpa es suya, por tomar la decisión de buscar su propia justicia y abandonar la fe. No obstante, sepa que, mientras hay vida, hay esperanza. Usted tiene la oportunidad de volver a la presencia de Dios ahora y alcanzar una nueva vida.
Busque al Espíritu de Dios y no culpe a nadie por las situaciones que está enfrentando. Contraríe a su corazón, escuche la voz del Espíritu Santo y regrese a Él, para no perder lo más valioso que existe: la Salvación.