Hay una forma de convertirse en el empleado perfecto: Es una combinación de capacidades y mentalidad que pueden desarrollarse a partir de cinco hábitos:
1. Elija el medio adecuado para su talento. Es difícil ser un súperempleado si las necesidades de la compañía son muy distintas de sus capacidades, talentos y valores. Cuando uno no se siente a gusto no puede rendir al máximo de su potencial y, en consecuencia, cae en la mediocridad.
2. Preste atención a lo que valora su jefe. Estudie las preferencias y las metas de sus jefes directos, los jefes de sus jefes y la compañía en general. Esfuércese por participar en proyectos y reuniones que no son parte de su trabajo. Haga más de lo que le piden.
3. Concéntrese tanto en las responsabilidades diarias como en la visión general. Si no entiende algo, obtenga la información que necesita. Cuando se entiende lo que hay que hacer y por qué hay que hacerlo, uno se vuelve más estratégico y comienza a anticiparse a lo que hay que hacer.
4. Acepte ideas más amplias. Tener tiempo libre en el día, entre reuniones, o reservar bloques de tiempo para pensar o trabajar en proyectos que requieren concentración, también puede mejorar mucho el desempeño.
5. Piense en sus compañeros. Sintonice con los que le rodean y perciba si necesitan algo. Una parte fundamental de cualquier trabajo es ayudar a que la gente se lleve bien. Los súperempleados hacen de eso una de sus principales prioridades. Ven las relaciones como algo crítico para el éxito.
Resultados de la reunión
María Laura: “Conquisté un muy buen trabajo, tengo mi oficina, gente a cargo y la empresa me dio a elegir qué personal quería para mi oficina. Además, mi sector es el que más trabaja y produce. Por otro lado, tenía trámites trabados en un juzgado desde hacía 3 años, pero en una semana se destrabó todo”.
Claudia: “Perseverando en el Congreso para el Progreso logré conquistar varias cosas. En primer lugar, recuperé una casa que había perdido hacía 14 años, logré independizarme laboralmente, no trabajo más para los demás, tengo mi propio negocio. Participar de la reunión da resultado”.
Matías: “Soy técnico químico y conseguí un buen trabajo, me costaba mucho ingresar al lugar en que quería trabajar por mi juventud. Pero participando en el Congreso para el Progreso logré un puesto que superó mis expectativas y en el que gano casi el doble de lo que pensaba ganar.
Lelia: “Hace dos semanas me notificaron que me habían ascendido a un cargo superior, con un sueldo de dos categorías más altas y un plus. Hace 20 días había dado mi testimonio pero gracias a Dios seguí conquistando”.
Congreso para el progreso, todos los lunes a las 8, 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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