“¡Hola! Hace algún tiempo frecuento la Universal, pero de vez en cuando aún me descubro mintiendo. Quiero mucho liberarme y recibir el Espíritu Santo, pero no lo he logrado. Ya hice desafíos, pero no ha sido fácil. Sé que es eso lo que me impide recibir el Espíritu Santo. ¿Qué debo hacer? ¡Ayúdeme, por favor!”
Respuesta:
Amiga, yo también tenía el hábito de estar mintiéndoles a las personas. ¿Vio esas mentiritas que consideramos que no son tan grandes? A veces mentía por cosas insignificantes. Es así, amiga, para Dios no hay diferencia entre “mentirita” y “mentirota”. Para Él, todo es mentira.
Yo vivía esclava de mis mentiras y terminaba perdiendo la confianza de las personas y armando problemas. Hasta que un día, oí esa Palabra por primera vez, y para mí fue suficiente. Fue el Propio Dios hablando conmigo y espero que Él hable con usted también – y con todas nuestras amigas que están pasando por eso:
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” Juan 8:44
¡Para mí fue el basta! Hice un voto ese día de nunca más ser la misma Eunice. Yo dije: “Basta, diablo desgraciado, ahora vas a salir de mi vida, porque yo no acepto más ser tu hija.”
Después de ese voto, nunca más mentí. Me acuerdo que a veces incluso comenzaba a contar una mentira, pero, inmediatamente, corregía mi frase y me decía a mí misma: “No, no voy a mentir.” Y así, me liberé diciendo la verdad, aunque fuese dura y aunque tuviese que pagar el precio.
Medite en estas palabras: “El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.” Juan 8:47
Puede tener la más absoluta certeza: cuando su entrega sea del 100%, el Espíritu Santo descenderá sobre usted y entonces nunca más será la misma.
Pregunta respondida por Eunice Silva.
[related_posts limit=”12″]