La sumisión de la mujer en el matrimonio no está relacionada con la esclavitud o el dominio como usualmente se cree. Por lo contrario, ser sumisa es respetar a tu pareja, reconocerlo como el líder de la familia y darle su lugar para actuar como tal. Los autores de Matrimonio Blindado, Cristiane y Renato Cardoso, explican cómo se aplica la sumisión en los tiempos que corren para tener un matrimonio armonioso.
“No tiene nada que ver con obedecer al marido como si fuese su hija o como si él fuera más importante que usted. La sumisión está relacionada con lo que espera de la relación. Todas las mujeres, en el fondo, quieren a un hombre que sea líder, que tome la iniciativa, que vaya adelante y cuide de la familia. Para que él haga eso, como mujer, tengo que someterme a él. Sino, no va a hacer eso. Ese es el problema de muchos matrimonios: las mujeres quieren eso, pero no ayudan para que eso suceda. Si yo no quisiera someterme a Renato, ¿cómo tomaría él la iniciativa en el matrimonio?”, aclara la autora.
Podemos observar que la sumisión permite un orden dentro del matrimonio, cada uno tiene su lugar, claro que si tú te sometes a tu marido, no se trata de darle lugar a los abusos o al machismo, sino a un hombre que te ama, te respeta y quiere complacerte. Así, él se siente respetado y quiere agradarte.
Abusos y acuerdos
Algunos quieren abusar de su posición de líderes, muchos incluso usan la Biblia para exigir cosas que lastiman a sus esposas, pero la sumisión tiene sus límites. El marido se siente seguro para liderar y la esposa tiene la seguridad de tener un marido que la cuida.
“Tenemos que entender que siempre habrá momentos en que uno piensa diferente del otro y alguno va a tener que ceder. Generalmente el hombre es más racional que la mujer, porque ella es emotiva, impulsiva y no mide las consecuencias; él da el equilibrio a la mujer”, agrega Cristiane. “El problema surge cuando un matrimonio tiene una relación problemática. La sumisión nunca es un peso para las parejas que se entienden”, dice Renato.
“Ahora todo está muy bien entre nosotros”
Rosana Parra era víctima de las agresiones de su esposo. Era muy doloroso recibir malos tratos de la persona que amaba. Esta situación hizo que entrara en depresión. “Mi marido me golpeaba, me maltrataba, por eso intenté suicidarme cortándome las venas y tirándome debajo de un auto”, cuenta al recordar esos momentos difíciles.
Al participar de las reuniones de la Universal aprendió usar la fe inteligente para solucionar los problemas que enfrentaba. “Usé mi fe en las reuniones hasta que toda mi vida fue restaurada. Mi marido cambió, ahora todo está muy bien entre nosotros, gracias a Dios tengo nuevos motivos para seguir viviendo”.
Todos los jueves a las 16 y 20 h te esperamos en la Terapia del amor, Av. Corrientes 4070, Almagro.
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