Obispo Edir Macedo, ¡lo saludo con la Paz de Cristo!
Mi nombre es María y me dirijo a usted por este medio para agradecerle por su palabra amiga que los canales TV Record nos transmiten.
Durante la pandemia del Covid-19 y con el confinamiento, tuve la oportunidad de escuchar sus mensajes, me maravilla, es como música para mis oídos.
He vivido muchos años en Europa y allí siempre oí las fake news sobre la Iglesia Universal, pero en realidad nunca me dejé impresionar porque el pueblo siempre es exagerado. Y la mentira viaja más que la verdad. Ningún órgano social en el mundo enfatiza lo que es de Dios, he visto eso por este lado también.
Hoy entiendo la “locura” de las filas para adquirir sus libros: usted tiene el fruto del Espíritu Santo. ¡Eso es notorio! No es necesario ser “superinteligente” para entender eso. Cuando conocemos mínimamente la Palabra, entendemos eso.
He visto con mis ojos cómo la mayoría de las personas en mi país están equivocadas sobre la Palabra de Dios. En las conversaciones hablan poco de Dios, hablan más de los líderes espirituales y de las conquistas materiales que alcanzan o quieren alcanzar, desconfían de los hermanos en la fe porque creen que casi todos son brujos, etc., etc., etc. No tienen visión celestial. En las oraciones hablan más de las tinieblas que del Reino Celestial.
Esto me entristece y me indigna porque la mayoría de las personas no entienden que solo serán libres si conocen la Verdad que es Jesús, se olvidan de que Jesús dijo “venid a Mí y os aliviaré”, se olvidan de que obedecer los mandamientos de Dios es la única manera de expulsar demonios y otras cosas de las tinieblas, se olvidan de que es necesario que abandonen el pecado para que el diablo huya de ellas, andan en el pecado y “expulsan demonios”…
Honestamente, no sé dónde van a buscar autoridad espiritual… si no obedecen a Dios, ¿cómo podrán tener autoridad para que los demonios obedezcan sus órdenes?
Este domingo, el Obispo Gonçalves nos agasajó con un excelente mensaje hablando de nuestras prioridades, esto confirmó lo que muchas personas necesitan saber y aprender. Espero que hayan visto y entendido el recado de Dios para que sus almas sean rescatadas por el Señor Jesús. Les pido y agradezco que oren por Angola y los angoleños.
¡Que Dios siga bendiciendo y fortaleciendo su gran ministerio!
Si me permite, envío un fuerte abrazo para usted y para su esposa la señora Ester con amor en Cristo Jesús, ¡nuestro Salvador!
¡Shalom!
María Filomena Santos
Luanda/Angola