Un investigador afirma que tomar conciencia del acto afecta la imagen propia de aquellos que son emocionalmente frágiles
¿Quién nunca le ha dicho algo a una persona, en un momento de rabia, y la lastimó profundamente? Herir o lastimar con palabras, muchas veces, parece ser más fácil que cautivar a quien nos gusta. Aún así, reconocer un error y pedir perdón no es una tarea fácil para muchas personas.
El psicólogo Andrew Howell, de la Universidad Grant MacEwan, en Canadá, autor de un estudio que relaciona rasgos de la personalidad y la predisposición, afirma que “la conciencia del error afecta la imagen que tienen de sí mismo, lo que deja egos más frágiles”.
En la investigación, Howell reunió a un grupo de voluntarios, hombres y mujeres de diferentes edades, y les pidió que señalen si estaban de acuerdo o no con un cuestionario que contenía la siguiente oración: “Por quedarme con rabia casi nunca logro disculparme”; “Si creo que los demás no van a saber lo que hice, prefieren no pedir perdón”.
Al cruzar las respuestas con las pruebas de personalidad, aplicadas en los participantes de la investigación, él notó que había mayor aptitud a disculparse entre las personas que presentaban características de personalidad como amabilidad y empatía.
Mientras tanto, aquellos que afirmaron sentir vergüenza en pedir disculpas cuando se equivocan, revelaron baja autoestima, a pesar de sentirse incómodos por herir los sentimientos de otra persona.
Otra conclusión intrigante del estudio revela que los voluntarios con un fuerte sentido de la justicia presentan más dificultad en el momento de pedir perdón a alguien.