“Gemid, pastores, y clamad revolcaos en ceniza, mayorales del rebaño; porque se han cumplido los días de vuestra matanza y de vuestra dispersión, y caeréis como vaso precioso. No habrá huida para los pastores, ni escape para los mayorales del rebaño.” Jeremías 35.34-35
Alerta para los que se creen dueños de las ovejas de Dios: ellas no les pertenecen. Son ovejas de Él, preciosas para Él y compradas con su Sangre, en la cruz del Calvário.
¡Cuidado! Arrepiéntanse de tales cosas que vienen omitiendo. Pues las almas se encuentran oprimidas y dispersadas, siguiendo a enseñanzas erradas, de pensamientos carnales y egoístas.
Esas ovejas tan amadas serán quitadas de su dominio, salvas y guardadas en lo alto Refugio de Dios. A los pastores rebeldes y mundanos, Él les dice que no encontrarán la salvación para sus almas.