“¿Por qué Dios aun no respondió mis oraciones?”- Amiga.
Respuesta:
Amiga, no siempre estamos aptos para recibir.
¿Por qué no estamos aptas para recibir algún bien?
Porque ciertamente no estamos preparadas.
¿Cuándo nosotros no estamos preparados para recibir?
Cuando no valoramos.
En la Biblia dice: “Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y Sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús Le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido Mi hora.” Juan 2:1-4
María, no había manifestado la fe verdadera. La fe de conocer su propia vida, su situación. Y Jesús, entonces, la reprendió.
Muchas veces, pensamos que algo tan bueno tenía que suceder en ese momento. Pensamos que sabemos más que Dios, que aquel es el momento. Pero, en realidad, no estamos dispuestos a esperar el momento correcto. No nos colocamos en nuestro debido lugar, de siervos.
“Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.”. Juan 2:5
Sólo después de que María se colocó en su debido lugar, reconoció y actuó diferente. A partir de entonces, nunca más se apresuró a “resolver”, sino a obedecer. Dejó su lado “adulto”, para simplemente aceptar.
Entonces, amiga, aprenda con los “No” de la vida, porque no es a nuestra manera que vamos a conquistar, sino cuando manifestemos la fe, que requiere renuncia y entrega. Todo coopera para el bien de aquellos que aman a Dios.
(*) Respuesta extraída del blog de Viviane Freitas.