Mónica Saavedra llegó a la Universal con muchos problemas pero encontró lo que necesitaba y ahora disfruta de una vida diferente. Ella vivía depresiva y enferma de mal de Chagas, incluso tenía la cervical desviada y también sufría debido a intensos dolores de cabeza.
“Estaba enferma, encima mi hija tenía asma crónica, debía estar en tratamientos de por vida y otra de mis hijas había intentado suicidarse. Era un desastre, no tenía donde vivir, no sabía qué hacer”, cuenta Mónica al recordar esos días.
Era tanta la desesperación que llegó a intentar terminar con su vida en tres oportunidades. “No encontraba una solución para mi vida, entonces, intenté suicidarme tomando pastillas, ahorcándome con una sábana y clavándome un cuchillo en el pecho”, agrega conmovida.
Aunque a los ojos humanos no había una salida para Mónica, ella tuvo una oportunidad para revertir su situación. Comenzó a participar de las reuniones y fue libre de los pensamientos destructivos, perseveró usando la fe, así, fue sanada y su hija también. Al invocar al Dios de lo Imposible su vida cambió de manera sorprendente. “Ya no tengo más depresión, fui curada del mal de Chagas y mi espalda está perfecta. Mis hijas también están bien, solo Dios pudo cambiar nuestras vidas”, afirma sonriendo.
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