Lucía: “Me enteré de que mi sobrino, Carlos, que vive en Pinamar tenía leucemia, estaba desahuciado por la medicina. Cuando me lo dijo mi cuñada, Susana, le dije que no, que él no estaba desahuciado. Él tenía leucemia terminal, llegó a pesar 34 kilos y los médicos decían que ya no había nada más para hacer. Pero yo vine todos los sábados a la reunión de los Casos Imposibles, luchaba por la fe, traía su foto y hoy está curado. Pesa 64 kilos y los médicos dijeron que fue un milagro”.
Ester: “Mi vida estaba mal, llegué a la Universal con hipertensión arterial, en todo momento me llevaban al médico, la última vez me tuvieron que poner una pastilla debajo de la lengua porque me afectaba el corazón. Empecé a participar de las reuniones todos los sábados y fui curada. No tengo nada, desde el año 1998 tenía este problema de salud, diecisiete años de sufrimiento se terminaron gracias a que usé la fe en la cadena de los Casos Imposibles. Eso no es todo, también tenía una deuda de 12.000 dólares que no sabía cómo pagar, era imposible. Todos los días me llamaban, pero usé la fe y hoy no tengo más esa deuda. El Dios de lo Imposible me dio la victoria”.
Si usted tiene un imposible en su vida o en la de algún ser querido, acérquese a participar de la reunión de los Casos Imposibles este sábado a las 8, 10, 19 y especialmente a las 15 h en Av. Corrientes 4070, Almagro
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