“Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga, y haga resplandecer su rostro sobre nosotros; para que sea conocido en la tierra tu camino, entre todas las naciones tu salvación.(Salmos 67:1,2)
Al igual que el hijo tiene la cara de su padre, quien es hijo de Dios tiene su rostro. No se enfada ni tiene el rostro triste.
Más mensajes en fonteajorrar.com/es