La orden de los jesuitas ha aceptado pagar más de 166 millones de dólares a las más de 500 víctimas que sufrieron abusos sexuales cuando eran niños en las escuelas católicas de cinco estados del noroeste de EE UU, anunció hoy el abogado de las víctimas.
La mayoría de los afectados son indígenas americanos y de Alaska que sufrieron abusos a manos de los sacerdotes de la denominada Provincia de Oregín, que abarca los estados de Oregon, Washington, Alaska, Idaho y Montana.
Los abusos se cometieron entre 1940 y 1990 en escuelas de poblaciones remotas o reservas, donde, según denunciaron, la orden enviaba a los sacerdotes que consideraban problemáticos.
Clarita Vargas, miembro de la tribu Colvill, es una de las víctimas y compareció ante la prensa junto con el abogado Blaine Tamaki para celebrar que “se ha hecho justicia”. “Es un día de rendición de cuentas”, aseguró Vargas, de 51 años, que junto con sus hermanas sufrió los abusos del jefe de la Misión y Escuela Santa María, cuando tenían apenas tenían siete años.
El abogado indicó que se trata del mayor pago económico realizado por una orden católica.La Compañía de Jesús de la Provincia de Oregón, que abarca estos cinco estados, se declaró en banca rota en 2009 después de llegar a un acuerdo con otro centenar de víctimas.
Tamaki considero que con este acuerdo, los jesuitas “reconocen que traicionaron la confianza de cientos de niños que estaban a su cuidado y cometieron terribles atrocidades con ellos”. “En vez de enseñar a esos niños nativos americanos el amor de Dios, esos curas pederastas estuvieron abusando de esos niños”, dijo al diario The Seattle Post Intelligencer.
En declaraciones al mismo diario, Clarita Vargas consideró que estos ataques contra ella y otros niños nativos han sido “un trauma generacional” para todos ellos. Los 166 millones de dólares serán pagados en parte por los jesuitas y en parte por las aseguradoras, según apunta el diario.