Cristina tenía un tumor en la cabeza, la depresión se convirtió en una consecuencia. Para seguir viviendo necesitaba tomar varios medicamentos, era una tortura. La vida para ella había significado desde niña un constante sufrimiento. Tuvo una infancia marcada por las fobias, en su adultez todo empeoró y tenía que tomar pastillas para dormir.
La invitación de una amiga llegó en el momento más difícil de su vida, pero significó la solución para todos sus problemas…