De vez en cuando oímos sobre personas que decidieron dejar todo – la carrera, los objetivos personales, las comodidades e incluso el convivir con la familia – para dedicarse a una causa. Una actitud admirable, sin duda, principalmente teniendo en consideración la sociedad materialista, consumista y egoísta en la que vivimos.
De hecho, no es común que las personas renuncien a sus propios sueños en pro de ayudar al prójimo, con el fin de despertar los sueños de aquellos que nunca ni siquiera osaron a soñar.
Pero sí existen personas altruistas, que se realizan viendo a otros realizar sus sueños por medio de sus acciones, que generalmente no necesitan tener grandes proporciones.
A ejemplo de lo que hizo un alto ejecutivo de Microsoft. Hace 15 años, John Wood abandonó uno de los cargos más codiciados del mundo corporativo para dedicarse a la alfabetización de los niños en Nepal. Hoy, la ONG (Organización no gubernamental) que él creó, (Sala de Lectura, en traducción literal), se encuentra en 15 países y ya construyó 17,5 mil bibliotecas.
En el caso de John, su padrón de vida le daba el soporte necesario para tomar una actitud de tamaña osadía, pero no significa que eso sea lo necesario para introducirse en una causa humanitaria. Es perfectamente posible dedicar el voluntariado a causas tan nobles como la que él abrazó sin tener que abandonar el empleo y los proyectos personales.
Existen diversas formas de practicar la solidaridad y el altruismo sin que sea necesario un cambio tan radical en la propia vida. Reservar algunas horas semanales para ese fin, por ejemplo, es suficiente.
Beneficios a la salud
Un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Exeter, en Reino Unido, mostró que las personas que ejercen el voluntariado viven más, tienen menos índice de depresión y son más felices.
¿Quiere ser aún más feliz?
La Universal mantiene diversos proyectos sociales y, por medio de sus voluntarios, actúan en varios sectores de la sociedad, con el objetivo de llevar ayuda emocional, psicológica, material y, sobre todo, espiritual a los que necesitan, en asilos, orfanatos, hospitales, presidios, comunidades, entre otros lugares.
Ingrese a los links de abajo y conozca algunos de esos proyectos:
Proyecto Rahab (Ayuda a mujeres víctimas de violencia doméstica)
Proyecto T-Amar (Apoyo a adolescentes embarazadas y madres solteras)
Proyecto Leer y Escribir (Alfabetización de jóvenes y adultos)
Ángeles de la madrugada (Ayuda a los habitantes de calle)
Grupo Caleb (Incentiva y ayuda a los adultos de la tercera edad)
Fuerza Joven (Actividades con los jóvenes)
¿Se identificó con alguno de estos proyectos? Entonces no pierda más tiempo, busque una Universal más cercana a su domicilio y obtenga más información de cómo convertirse en un voluntario. No se olvide “… Más bienaventurado es dar que recibir.” Hechos 20:35
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