Dos amigas discuten sobre la ausencia de una en la vida de la otra. Una afirma: “Siempre decís que me vas a llamar y nunca lo hacés”, a lo que la otra responde: “Y vos también vivís prometiendo que me vas a visitar y nunca aparecés”. La insatisfacción de las dos reveló un problema serio y actual: la falta de palabra.
Ese tipo de actitudes le quita el brillo a cualquier mujer. En el pasado, no había nada más digno que una persona que se empeñaba en cumplir lo que decía. Antiguamente, por ejemplo, un acuerdo se producía de forma verbal y no se necesitaba ningún documento por escrito.
En la actualidad eso no sucede como antes. Las personas no honran más lo que dicen. Entonces, la mujer que cumple lo que prometió transmite un valor especial. Una mujer de palabra es alguien que respeta sus principios.
Antes de comprometerse con algo o alguien, analiza si podrá hacer lo que prometió y no se apresura a decir que sí. Es fácil hablar con ella, porque es una persona sincera que transmite confianza.
Cultive la confianza
Tener prudencia y cuidado con lo que se promete es una de las cualidades más admirables del ser humano y vale más que cualquier bien material.
Ser una persona que busca cumplir compromisos hace que los que están a su alrededor la admiren, porque honrar lo que se dice es una verdadera demostración de carácter.
Quien valora las palabras que usa tiene dignidad. Y eso se demuestra, en el día a día, con honestidad y respeto.
Reflexione: ¿Ha sido como las amigas del principio de la nota o ha buscado hacer lo que promete? Recuerde siempre que su palabra dice todo sobre usted.
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