¿Qué podrá ser más importante para usted que su propia vida? Nada. Pero ¿por qué? Porque verdaderamente es el centro de nuestra existencia. Sin embargo, ¿qué puede darnos esa vida? Solamente el Espíritu de Dios, que es el Espíritu de la Vida.
Solo con Él empezamos a tener una vida de verdad, pues recibimos una nueva mente y un nuevo corazón, ya que comenzamos a pensar como Dios piensa, a sentir como Dios siente y a actuar como Dios actuaría si estuviera en nuestro cuerpo físico.
Por eso, desde el domingo 02 de agosto, comenzó un ayuno sagrado y santo, el Ayuno de Daniel.
¿Qué es el Ayuno de Daniel?
El Ayuno de Daniel está basado en el propósito descripto en el capítulo 10 del libro de Daniel, en la Biblia. Durante 21 días, Daniel decidió ayunar para buscar el favor, la sabiduría y el entendimiento que provienen de Dios.
Hoy en día, entre las cosas que más dificultan nuestra comunión con Dios están las distracciones, toda clase de entretenimiento e informaciones seculares que nos bombardean todo el tiempo. El Señor Jesús solía decir: “El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 13:9). Es exactamente este el propósito del Ayuno de Daniel: abrir nuestros oídos a la voz de Dios.
¿Es fácil?
No, todo lo contrario. Si usted nunca realizó los 21 días de ayuno, exigirá que usted coloque una fuerza sobrehumana, la voluntad suprema de separarse, en el transcurso de 21 días, de todo lo que lo ha sujetado a este mundo y que no le permite aferrarse a Dios.
Pero ¿con qué propósito?
Este ayuno es el balance, tan necesario, que debemos hacer en nuestra propia vida, pues esta tiene una “fecha de vencimiento”, y lo que hagamos con ella pesa, ocupa espacio, trae consecuencias. Muchos han gastado su vida en el pecado, en el error, en las injusticias. ¿Y qué obtuvieron? Si usted analiza, podrá observar que están en deuda, cuestionándose: “¿Dios será capaz de borrar mi pasado y transformarme en una nueva criatura?”
¡La respuesta es sí! Como está escrito:
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 2 Corintios 5:17
Esta es su oportunidad
No se engañe al pensar que 21 días es mucho, porque, participando o no, estas tres semanas pasarán. Sin embargo, los que participen con determinación y sinceridad, terminarán transformados, renovados y bautizados con el Espíritu Santo. Esta es su oportunidad.
Si usted conoce a alguien que dice creer y ser de Dios, pero la vida de esa persona no revela a ese Dios Vivo, porque su existencia está muerta y apagada, invítelo a participar con usted.
Participe del Ayuno de Daniel, para que el Espíritu Santo repose sobre su vida y haga morada en su interior.