Cada tanto vemos en las noticias hechos que tuvieron lugar en un kibutz de Israel. Cuando aparecen las imágenes, lo que vemos generalmente es algo parecido a una chacra, donde las familias viven, trabajan, estudian y atienden otras demandas cotidianas. Esa es solo una parte de la definición de este estilo de vida tan propio del lugar.
Un kibutz (palabra derivada del hebreo que significa “grupo”, “unión”) es, dicho de una forma más sencilla, una organización muy parecida a una chacra cooperativa – con grandes diferencias, claro-. La producción es conjunta, su estructura contempla a todos los miembros y a sus familiares. Con el tiempo, los kibbutzim (si, el plural es así) adaptaron varios de sus métodos e instalaciones para acompañar la modernización social y económica de Israel, pero sin perder la esencia de la sociedad, de compartir.
El movimiento de los kibbutzim nació a principios del siglo 20, cuando jóvenes familias judías provenientes del este Europeo, llegaron con ideales de fortalecimiento de la identidad nacional, a su propia tierra de origen, aliados a la experiencia en el trabajo rural. Esos fueron los primeros kibutznikim (los miembros de un kibutz).
Junto a ese grupo de jóvenes rusos judíos llegaron los que fundaron el primer kibutz, el de Degania (fotos), en la fértil y bella costa sur del Mar de Galilea – la mayoría de los kibbutzim está en los lugares más bonitos del país. Desde Degania hasta hoy, siempre en constante crecimiento, surgieron otras chacras del tipo de las de Israel, alcanzando el número de 270.
Según el Ministerio de Turismo israelí, en su sitio web, “es imposible imaginar Israel sin la contribución del kibutz para la agricultura, la industria, como primera casa para inmigrantes y, en sus primeros años, la defensa de las fronteras”. Y mucho de eso aún está presente, pues los kibbutzim determinaron el surgimiento de comunidades bien organizadas, escuelas e industrias – muchas de éstas ayudaron al beneficio de los productos agrícolas de la propia chacra- . Es una forma eficiente, hasta hoy, para que los hijos de Abraham estén con los pies sobre la tierra anhelada por tantas generaciones.
Vale recordar que todas comenzaron como simples chacras. Pero hay chacras muy interesantes, que comenzaron a atraer visitantes de todo el planeta, curiosos por la forma de organización considerada hasta entonces, utópica. Al estar ubicadas en zonas muy bellas, en varios kibbutzim existen resorts, posadas, locales de artesanías, museos, restaurantes y otros adelantos para la comodidad de los turistas, inclusive hay divertidos eventos culturales (como el concierto al aire libre que muestra la foto a continuación, en el kibutz de En-Gedi).
Además, es una forma alternativa de turismo: usted puede ser voluntario en el trabajo de un kibutz, en períodos desde 2 meses. Una vez allí podrá elegir trabajar en chacras litoraleñas, en las más cercanas a los bosques o al desierto – y, también podrá conocer un ambiente árido, ver el sudor y la ciencia, trabajar juntos para sacar de aquella tierra seca frutos, granos, flores, o ver desarrollarse la ganadería. En algunos casos, podrá también participar de la fabricación de productos de calidad, conocidos en todo el mundo.
Pequeños grandes números
Mientras que en los kibutzim vive solo el 1,7% de la población de Israel, la producción de sus industrias, según los datos de la Asociación de las Industrias de Kibutz, es la encargada de abastecer el 9,2% del consumo interno del país, el 7,2% de sus exportaciones, el 5,2% de las inversiones y el 9,2% de los empleos del sector. De esas fábricas salen productos electrónicos, metales, plásticos, alimentos procesados, vidrio, tejidos, cuero, medicamentos y otros productos químicos, material para la construcción, joyería, juguetes e instrumentos musicales, entre tantos otros.
Gran familia
Quien vive en un kibutz entiende, desde temprano, que pertenece a una comunidad que no se limita al círculo familiar. Y eso incluye derechos y deberes, que muchas veces están en desequilibrio en otras formas de organización. Todo el ingreso generado por sus miembros va a un fondo común, a fin de ser usado para el manejo de la chacra y para garantizar el apoyo igualitario a cada persona – también es utilizado para inversiones en favor del kibutz.
Todos los miembros reciben el mismo salario, sólo varía de acuerdo al tamaño de la familia. Otra característica es que todos los niños tienen las mismas oportunidades en cuanto a la educación, por ejemplo. Todos los individuos tienen influencia directa sobre las decisiones comunitarias. Hay kibutzim donde los salarios son diferentes según la función – aun así hay una renta mínima garantizada para todos.
En general, un kibutz puede tener de 100 a mil miembros. Varias generaciones conviven juntas en los kibutzim más antiguos (algunos tienen tres o cuatro generaciones), y hay fundadores y miembros nuevos provenientes de varios países – incluso de Argentina-. La mayoría es secular, pero hay aproximadamente 20 kibutzim religiosos. Es común que los nuevos inmigrantes comiencen su vida israelita en un kibutz, para un contacto más cercano con los lugareños hasta mudarse a las grandes ciudades, aunque suelen mantener vínculos fuertes con sus amigos y familiares de la zona rural.
En algunos kibutzim, permanece la comunidad de kibutznikim (descendientes de inmigrantes judíos rusos) y trabajadores contratados fuera de la propiedad, quienes reciben salarios, como en una empresa capitalista común.
Volviendo al inicio
Los kibutzim derivan de otro movimiento, la Primera Aliyá o Aliá – en hebreo significa: “ascenso” – es el nombre dado a la práctica de la inmigración de judíos y descendientes de otras partes del mundo a Israel, considerada ascenso, por regresar a la tierra de origen de sus familias).
A fines del siglo19, las condiciones de vida para el pueblo del Imperio Ruso no eran de las mejores. Principalmente, para los judíos, quienes fueron muy discriminados. Era normal que los ancianos de origen judío realizaran la Aliyá para morir en paz, hasta que, en 1880, cerca de 15 mil jóvenes familias salieron de Rusia, principalmente desde el sur, y fueron tras la tierra de sus antepasados con la intención de hacerla su hogar. Ya no pensaban sólo en pasar sus últimos días. Con la firme intención de establecerse mediante la vida rural, esas personas fueron llamadas biluim (plural de bilu – palabra surgida de las siglas del versículo de Isaías 2:5, en hebreo – Beit Ya’akov Lekhu Venelkha, que en español significa “Venid, oh casa de Jacob”).
Había entre los biluim la fuerte creencia de que el trabajo en la tierra de su pueblo de origen los fortalecía física, moral, espiritualmente y también como nación.
Más rusos continuaron migrando hacia Oriente Medio (como el grupo de la foto anterior) y, en la primera década del siglo 20, tuvo lugar la Segunda Aliyá. Encontraron los asentamientos biluim, hacia donde se dirigían quienes estaban dispuestos a la vida rural, pero se decepcionaron con el cuadro encontrado: los supervisores judíos que recibían ayuda financiera de judíos más ricos y contrataban árabes y beduinos, todos con poca o sin habilidad alguna en el trabajo de la tierra. En resumen: los judíos haciendo el “trabajo limpio”, mientras que el “sucio” quedaba para otras etnias. Volvieron a aquello de lo que huían en el este Europeo. Trabajaron en las peores funciones de los asentamientos, juntaron recursos, aliados las contribuciones de judíos de todo el mundo, y en 1910, compraron el terreno de una familia persa que vivía en Beirut, en el Líbano, y fundaron Degania (grano, en hebreo). Revisaron las técnicas administrativas, detectaron las fallas, y crearon el primer kibutz. Algunos años después, salieron algunos de los miembros de Degania, para la fundación de nuevos kibutzim, la mayoría alrededor de Mar de Galilea.
Por más crisis que hayan atravesado los kibtzim a lo largo de ese primer siglo de existencia, concretaron la intención de hacer florecer el desierto, un sueño que después formó parte y aún hoy forma parte de la vida del país como un todo – aunque, respecto al israelita de hoy, este sea solo una de sus innumerables caras, algunas de las cuales conoceremos mejor en nuestro portal, dentro de Series/Noticias de Israel.