«Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él», Romanos 8:9. Es decir, los nacidos del Espíritu Santo son espirituales y los que nacieron de la carne son carnales.
Esto fue lo que el apóstol Pablo les escribió a los cristianos de la iglesia de Roma, que practicaban la idolatría, hasta que un día se les presentó la Palabra de Dios, se convirtieron al Señor Jesús y siguieron la fe.
Pablo les dijo: «los que están en la carne no pueden agradar a Dios», es decir, los hijos del diablo no pueden agradar a Dios. Sin embargo, cuando dijo: «Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros…», quiso decir que las personas que están en el Espíritu no están en la carne y, por eso, no pertenecen a este mundo.
Aunque digan que son de la iglesia, obreros, pastores, miembros, si no tienen al Espíritu Santo, no pertenecen a Dios. Muchos cristianos que son carnales dicen que sus vidas están llenas de altibajos, solo se sienten bien cuando están en la iglesia, alaban a Dios y escuchan la Palabra, no obstante, cuando salen de la iglesia, sus vidas son un infierno.
Usted necesita analizar si realmente es la oveja del rebaño de Dios; de lo contrario, no sirve de nada decir que el Señor es su Pastor. Los que sirven al diablo son siervos del pecado, pero los que son espirituales son hijos de Dios y forman parte de Su rebaño.
Así que haga lo que debe hacer, porque sin Él no hay Salvación. Jesús dio Su vida para salvar a los que creen en Él. Muchos comienzan creyendo, pero después se desvían porque no tienen al Espíritu de Dios. Por lo tanto, búsquelo.
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