Existen problemas diarios que, cuando pensamos que van a mejorar, empeoran. Parece que no hay solución. Todo queda inviable e imposible de comprender y de encontrar una solución. Pero es en los últimos segundos que Dios muestra la salida.
¿Quien vivió eso alguna vez? Incluso parece que Dios no está viendo lo que pasamos, que Él nos da la espalda o que no oye nuestra oración. Él sí oye.
“Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.” Mateo 21:22
Lo que resta para nosotros es solamente orar, creer, luchar en la fe. Incluso parece poco, pero si no lo hacemos de esta manera, según Su Palabra, no habrá cómo recibir Sus bendiciones.
Es Él quien nos hace vivir Sus promesas, aunque todo parezca oscuro, y aunque la única luz sea la de un fósforo encendido. Sí, a veces la gran solución para los problemas está en una pequeña actitud de fe, en una pequeña oportunidad que muchas veces es despreciada.
Hay un dicho popular que dice: “Los mejores perfumes están en pequeños frascos.” Y es realmente así. A veces las pequeñas cosas son ignoradas por ser demasiado minúsculas, pero es en ellas que está la solución de su gran problema.
Si usted tiene solamente un fósforo en la mano, el último de la cajita, y tiene miedo de prenderlo, no tenga miedo. Es en esa actitud que una gran chimenea será encendida e iluminará su túnel de problemas considerados insolubles.
“Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Juan 11:40