Ángel Enrique Santillán estaba perdido en los vicios, eso le causaba mucho sufrimiento, pero logró reconstruir su vida y escribir una nueva historia cuando se decidió a cambiar usando su fe en el Señor Jesucristo. Hoy él sonríe junto a su esposa porque Dios hizo todo nuevo en sus vidas.
“Recuerdo que era una persona muy nerviosa e impulsiva. Vivía mucho de noche, en los vicios de alcohol y a veces fumaba marihuana, también me prostituía. Fumaba tres paquetes y medio de cigarrillos por día y a raíz de andar en la noche también tuve una causa por intento de homicidio con arma blanca. Siempre me detenían por disturbios en la calle o por ebriedad”, cuenta.
Él comenzó a participar de las reuniones de la Universal porque quería una vida diferente. Con ese objetivo en mente, hizo las cadenas de viernes y domingo por su liberación espiritual y para buscar la presencia de Dios, también participó de la Hoguera Santa en distintas oportunidades.
“Hoy, gracias a Dios, mi vida es otra. Cuando comencé a participar de las reuniones en la Universal, fui abandonando el mundo de los vicios, me fui sintiendo mejor y, al tiempo, tuve un encuentro con Dios. Yo había perdido a mi familia pero el Señor me dio una nueva esposa. Ahora tengo una nueva visión de las cosas, no necesito la noche, el alcohol o las drogas para ser feliz, porque tengo lo más importante en mí, la presencia de Dios”, cuenta sonriendo junto a su esposa.
Ellos concurren a la universal en Boulevard Buenos Aires 457, Monte Grande.
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