Solo existen dos lados: El del bien y el del mal.
El de la luz y el de las tinieblas.
El de los que hacen la Voluntad de Dios, obedeciendo a Su Palabra, y el de los que no hacen Su Voluntad, despreciando a Su Palabra.
El de los que forman parte del Ejército del Señor de los Ejércitos y el de los que forman parte del ejército enemigo.
¿De qué lado está usted?
Mi obediencia directa y sin vueltas a la Palabra de Dios mostrará de qué lado estoy. ¡Es sí, sí o no, no!
No será necesario hablar o intentar mostrar una cosa que no soy.
¡De ninguna manera!
Por mi conducta, por mi carácter, por mi testimonio, todos verán, y el diablo también, de qué lado estoy yo.
Consecuentemente, mi vida será un espejo que va a reflejar el lado en el que estoy.
Estando del lado incorrecto, yo no puedo esperar que suceda lo que debería suceder si estuviera del lado correcto.
Si estoy del lado incorrecto, debido exclusivamente a mi decisión, y viene el mal, ¿la culpa es de Dios, o de mi elección?
¡Mi elección, hoy, determinará lo que va a suceder mañana!
Los que elijen quedarse del lado de Dios, INMEDIATAMENTE, le dan la espalda a la mentira, al robo, al adulterio, a la prostitución, a la idolatría, a la hechicería y a tantas otras cosas que nunca encontraremos del lado de Dios.
“Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿QUIÉN ESTÁ POR EL SEÑOR? JÚNTESE CONMIGO. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví…” Éxodo 32:25,26
Moisés fue DIRECTO, ¡SIN VUELTAS!
Dios siempre separó a los que forman parte de Su Ejército.
A los que son, de los que no son.
¿Cómo ser de Su Ejército sin obedecer a Su Palabra?
¿Viviendo de una manera desenfrenada?
¡¡¡Así es imposible!!!
Obispo Djalma