Horas y horas navegando en páginas ajenas, actualizando noticias, posteando fotos y describiendo cada lugar por el que pasa, sus sensaciones, mostrando lo que le gusta y lo que piensa sobre todas las cosas. Sí, esta manía ya alcanza a individuos de personalidades y edades diferentes.
Según el psicólogo Wilson Montiel, el Facebook representa la revolución de internet. “Y con ésta, el desarrollo de las relaciones sociales, ya que en las páginas de la red social es posible decir que se conoció a tal persona o fue a tal lugar. Es siempre una exposición, pero es un acontecimiento interesante y es natural, en el ser humano, querer saber de la vida del otro.”
Claro que cada uno usa la herramienta a su manera, lo que puede parecer exagerado o demasiado cauteloso. “Algunos ostentan por demás, haciendo de su página una vidriera de exhibición, otros son marquetineros y muestran sus trabajos, sus dones y dotes; y hay quien lo utiliza para volver a relaciones pasadas”, explica Montiel.
Para Montiel, es posible saber la personalidad de los individuos conforme a sus comentarios y posteo. “Hay variados, pero los que llaman la atención son los carentes, que postean todo lo que hacen y dónde están; es como si dijeran: ‘¡Mira, estoy acá, se mi amigo, mira que bueno soy!’. También está el chismoso virtual, que usa una página falsa para mirar la vida del otro y chismear, pero que se expone poco. Y aquel que es un tímido “dentro de un armario”, es decir, cuando está en las redes sociales se libera, no se siente inhibido y se expone, pero personalmente, no demuestra ninguna de esas características.”
Sin embargo, hay una personalidad en especial que llama a atención, pero no se da en la mayoría de los internautas. “Es lo que podemos llamar “internauta narciso-melancólico”, que es nostálgico, precisa el reconocimiento de las personas, quiere ser recordado siempre y guarda los principales momentos de su vida en los álbumes de fotos”, enfatiza Montiel.
El psicólogo destaca que todo el problema es la exageración en el uso de cualquier red social. “Corre el riesgo de vivir solamente la vida online, ya que se transforma en un virus si no supiera lidiar adecuadamente con la herramienta. Nada substituye la vida real, el contacto físico, la mirada, el intercambio de experiencias.”
Montiel recuerda que el Facebook o cualquier otra herramienta no es una biografía on line. “No exponga en las redes sociales sus otras experiencias de vida, ya que no es posible exponerlas de forma clara y con la emoción real a través de las herramientas de relaciones online. Sería interesante que la persona dejara de navegar tanto tiempo y se dedicara a escribir sus momentos, como si fuera un libro, donde se tiene el control del principio, el desarrollo y el final de la historia.”
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