Nuestra personalidad cambia mucho, más de lo que imaginamos, por eso no podemos pensar que nacemos y morimos de la misma manera.
Quien piensa así, en el fondo quiere justificar su error, como si el temperamento fuerte fuese parte de su personalidad. Como si las personas que la rodean tuvieran que soportar su temperamento.
Reconozcamos dos hechos: Lo que pensamos que forma parte de nuestra personalidad, ha perjudicado la forma de relacionarse con otros. En realidad, eso debe ser reconocido y removido de nosotros.
Yo tengo cosas en mi personalidad que necesitan ser quitadas, no es fácil reconocerlas. Pero, en realidad, que los demás se acostumbren a lidiar con ellas es una verdadera injusticia.
El apóstol Pedro era tan osado que siempre sobresalía entre los discípulos.Pero esa osadía se volvió cobardía, cuando se encontró en una situación difícil y negó su fe tres veces.
Tenemos que dejar de basarnos en un tipo de personalidad, reconocer que somos imperfectas y que necesitamos perfeccionarnos constantemente.
Si le reclaman que no es cariñosa, sea cariñosa. Si le piden más atención dé mas atención a sus seres queridos.
Aprenda a ser agradable aunque el viento no sople a su favor y será una mujer muy feliz.
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