Blanca y Andrés llegaron a la reunión de los Casos Imposibles con problemas económicos. Vivían en un rancho. Para colmo, ella había trabajado en blanco durante 22 años, pero al jubilarse no le habían reconocido esos aportes: “La abogada me dijo que podía perder la jubilación, pero perseveré en la reunión de los Casos Imposibles y se hizo justicia, ya cobro lo que me corresponde”, cuenta Blanca.
Su marido, por su parte, tenía un juicio laboral trabado hacía siete años. Lo habían despedido y no podía cobrar porque la empresa había quebrado: “El juez nos dio a los empleados el juicio por ganado, pero no podíamos cobrar. El abogado nos dijo que era imposible que pudiéramos recibir dinero por ese juicio, como máxima esperanza afirmó que nos iban a dar el 50 por ciento de lo que estábamos pidiendo.
Yo me indigné y luché en la reunión de los Casos Imposibles, perseveré y gracias a Dios ya cobré todo lo que me correspondía. Otros, que tenían un cargo superior al mío en la empresa todavía están esperando, me preguntaban por qué yo había cobrado de más”.
Además, hoy su casa es como la soñaron, compraron otra y están luchando por comprar una más. Lo que estaba trabado y era imposible, se hizo realidad gracias al Dios de los Imposibles.
Si usted tiene un imposible en su vida o en la de algún ser querido, acérquese a participar de la reunión de los Casos Imposibles este sábado a las 9, 19 y especialmente a las 15 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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