Oiga lo que el Espíritu les dice a todos:
Pedro había sido testigo ocular de muchos acontecimientos que mostraron el poder de Dios. Como por ejemplo:
-La pesca milagrosa.
-Andar sobre las aguas
-La resurrección de la hija de Jairo.
-La multiplicación de los panes y los peces.
-La restauración de la oreja mutilada.
-Ver a su propia sombra curar a los enfermos.
Y muchos otros acontecimientos relatados en la Biblia.
Sin embargo, en sus epístolas, él le da énfasis a una de las experiencias
más significantes de toda su vida, ocurrida en el Monte Santo, el Hermón, el Monte de la Transfiguración.
Dice el Texto:
“Pues cuando Él recibió de Dios Padre honra y gloria, Le fue enviada desde la Magnífica Gloria una voz que decía:
Este es Mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con Él en el Monte Santo.” 2 Pedro 1:17-18
En el Monte de la Transfiguración, Pedro, Santiago y Juan presenciaron al Hijo de Dios siendo honrado por el Padre. Ese acontecimiento quedó marcado en sus vidas.
¡Y esa es nuestra fe! Todas las experiencias que usted tuvo con Dios hasta hoy no se compararán con lo que sucederá en el Monte Hermón.
La propuesta es un verdadero cambio de vida, que ocurre de adentro hacia afuera. Algo que superará a todo lo que usted ya vivió hasta hoy.
De la misma forma que el Hijo de Dios allí fue honrado,
todos los que estén con la vida entregada en el Altar serán también honrados con el derramamiento del Espíritu Santo, la Armadura de Dios.
Es en el Monte Hermón que el Señor ordena Su bendición y la Vida Eterna.
Prepárese, el domingo 26 de agosto, al finalizar este Ayuno de Daniel, el obispo Macedo, juntamente con otros hombres de Dios, subirán al Monte Hermón, no pierda esta bendición, en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a usted.