Especialistas empresariales afirman que, aunque el emprendedor debe tener capacidad de liderazgo y actitud, las mayores recompensas están asociadas a los grandes riesgos que el empresario es capaz de correr. Muchos piensan que la suerte es lo que determina el éxito de un emprendedor. Otros, que su capacitación y títulos le abrirán las puertas para alcanzar lo que quiere. Sin embargo, hay algo que es mucho más importante: la visión. La vida es el resultado de la visión que uno tiene.
Infelizmente, muchos no prosperan porque piensan en pequeño. Quien tiene visión vive el presente y está atento a todo, al mercado, a lo que vendrá, y no pierde tiempo, no se detiene a quejarse. Se organiza y busca alternativas para cambiar situaciones adversas.
El emprendedor que busca el éxito no pierde tiempo hablando de sus fracasos, al contrario, empieza a ver las deficiencias del mercado y a buscar la forma de corregirlas y ganar dinero en el proceso. Como ejemplo, bien vale la historia de Abraham. Mientras pidió un hijo, su sueño no se realizó. Una vez que Dios amplió su visión, Abraham se convirtió en padre de una gran nación. Fue como si Dios le hubiera dicho: “Si quieres cosas grandes, tendrás que ampliar tu visión, porque no podrás hacer nada si no tienes visión”.
¿Quiere destacarse? ¿Quiere marcar una diferencia? Entonces busque tener visión. Los resultados lo sorprenderán.
Ellos perseveraron y lograron sus objetivos
Raúl: “Llegué económicamente mal, sin trabajo, endeudado, viviendo de la caridad de mis familiares, en la casa de mis suegros. Gracias a Dios, perseverando conquisté un departamento de tres ambientes, compré muebles nuevos y conseguí un empleo”.
César: “Perseverando en la reunión conquisté un puesto de trabajo al que era difícil acceder. Gracias a Dios pude elegir qué trabajo quería hacer, pero no me conformo, sé que esto es solo el comienzo porque Dios tiene cosas aún mayores para darme”.
Daniel: “Llegué a la iglesia sin nada, mi familia se había ido a la casa de mis suegros y yo había quedado en la calle. Perseverando y usando la fe conquistamos una empresa, tenemos motos y camionetas, vivimos en una casa quinta y abrí mi fábrica de muebles”.
Congreso para el progreso, todos los lunes a las 8, 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro
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