“Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Señor Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti…”, (1 Reyes 8:28).
Cuando se sirve a Dios y se piensa en Su pueblo, de la misma manera que el rey David, eso Le agrada mucho. Él oye el clamor y las súplicas de nuestras oraciones.
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