A los 13 años, el carioca Marcos Braga intentó suicidarse por no aguantar más ver a los padres peleando dentro de casa. Después de la tentativa frustrada, la forma encontrada por él para llamar la atención fue comenzar a beber, usar drogas y andar con pandillas. “Odiaba a mi papá, era un odio de muerte. Yo era un arrebatado, contra todo y contra todos”, cuenta.
Cierto día, dentro de un ómnibus, camino a la casa de su novia, el sentimiento lo dominó de tal manera que, fuera de sí, terminó bajándose sin rumbo. ¿Y dónde fue a parar? Si, a una Universal. Al pisar la iglesia, manifestó con un espíritu maligno. Allá adentro, el pastor expulsó el mal que alimentaba el odio en su interior, cuando Marcos volvió en sí, una nueva vida estaba esperándolo.
Pero al no darse cuenta de que estaba libre espiritualmente, la voluntad del joven liberado era una sola: ayudar a los sufridos. Aunque para eso fuera necesario dejar los proyectos personales en función de la realización de los planes divinos. “Eso fue hace 19 años. Desde aquel día, me dije a mí mismo: ‘Yo quiero ser como el hombre que me ayudó.’ Me entregué totalmente a Jesús. Ya hace 15 años que sirvo a Dios en el altar, aquí en África”, revela el pastor.
Pastor Marcos bautizando un nuevo convertido
Tanzania fue su lugar. Un país que tiene una población compuesta por varios grupos étnicos, la cual sufre con diversos problemas socioeconómicos. Solo para tener un panorama de la gravedad de la situación de los tanzanos, datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) señalan que más de la mitad de la población vive por debajo de la línea de pobreza.
Escenario propicio para la prédica del Evangelio, ya que, desde que existe la Universal busca llegar a los lugares de mayor sufrimiento, pues sabe que allá la luz divina es capaz de entrar y disipar todas las tinieblas. Desde 1996 así ha sido este país africano. Actualmente, existen cuatro templos, todos en la capital económica del país, Dar es Salaam.
Persecución y Sabiduría
Sin embargo, la persecución en Tanzania fue y sigue siendo inevitable, después de todo, el mismo Señor Jesús ya había advertido acerca de esto. “Acordaos de la palabra que Yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si me han perseguido a Mí, también a vosotros os perseguirán: si han guardado Mi palabra, también guardarán la vuestra “(Juan 15:20). A pesar de tener una mayoría cristiana los conflictos religiosos son habituales debido al gran número de musulmanes radicales, que, en algunas regiones, intimidan violentamente a los cristianos. Experiencia que el pastor Marcos ya pasado en carne propia.
“Durante una evangelización, hubo un caso en el que, al tocar una puerta, fuimos invitados a entrar cordialmente. Sin embargo, cuando empezamos a hablar, sólo por mencionar el nombre de Jesús, fuimos expulsados de la casa, amenazados y advertidos, para que nunca más volviéramos a ese lugar”, recuerda.
Población que recibe frecuentemente la visita de los evangelizadores
Al darse cuenta de que si continuaban con el método de evangelización tradicional podrían causar consecuencias terribles, los voluntarios de la Universal cambiaron la estrategia y empezaron a anunciar a Jesús como el Dios de la Creación o el Dios de Abraham. “Fue cuando las puertas comenzaron a abrirse, ya que en nuestra conversación les hablamos de Dios, de nuestro padre en la fe, Abraham, entonces, las personas, principalmente los seguidores del islam, se paraban a escuchar. Nos preguntaban: ‘¿Qué iglesia es esa? Nunca vimos algo así.’ Dentro de la iglesia ellos escuchaban el nombre de Jesús. Y Dios ha hecho la Obra, pues muchos ya son obreros, y están sirviendo al Dios vivo.”
La Fuerza Joven durante la campaña contra las drogas
Prueba viva
De hecho, se han producido grandes obras. Hidaya Rashid Kanyaga se encargó de confirmarlo. Primogénita de una familia de musulmanes extremos, para ella, continuar las enseñanzas recibidas era, como mínimo, el futuro que le esperaba. “Fui criada para ser una musulmana ejemplar, estudié en colegios de enseñanza islámica y también estudiaba las leyes y mandamientos del islam en clases especiales”, destaca.
Mientras tanto, ninguna de las tantas enseñanzas sobre religión, adquiridas en la infancia, fueron suficientes para darle respuestas a los problemas que Hidaya enfrentó en la adolescencia; como, por ejemplo, relaciones con hombres casados, agresividad y alcoholismo. “Vivía de bar en bar, de centro nocturno en centro nocturno, en ese momento mis padres me echaron de mi casa, ya que los avergonzaba, por tratarse de una familia musulmana tradicional y tener un nombre que cuidar.”
Si ella pensaba que tenía problemas, después de irse de su casa, descubrió que aun vendrían más complicaciones. Durante 2 años vivió contando solo con la ayuda de sus amigos. La prostitución fue el único camino que parecía más fácil de andar. Pero, como consecuencia, tuvo un embarazo inesperado, a los 20 años, de un hombre que no quiso asumir su paternidad.
Hoy, Hidaya tiene motivos para sonreír
“Estaba embarazada y sola, ya que el papá del bebe me abandonó, fui despreciada y humillada. Fui rechazada por el islam, fui rechazada por mis padres y yo misma me rechazaba, pues solo me aceptaba cuando estaba alcoholizada. Para empeorar, desarrollé una enfermedad en las piernas. Se me hinchaban de tal forma que me era imposible caminar, visitaba los hospitales permanentemente. Intenté buscando hechiceros, magia negra, magia blanca, lo intenté todo, pero nada me daba una solución. Gasté todo lo que tenía y lo que no tenía, sin embargo el sufrimiento continuaba”, lamenta.
Ella no lo esperaba, pero el cambio de vida estaba muy cerca. Un día, escuchando la radio, se detuvo en un programa de la Universal llamado Pare de Sufrir. Era todo lo que quería. “Yo nunca había escuchado hablar de la Iglesia ni del Dios que ellos hablaban, pero decidí olvidarme de todo. Puse mi religiosidad a un lado, ya que no aguantaba más tanto sufrimiento, y acepté la invitación.”
Desde el primer día en que puso los pies en ese nuevo lugar, todo cambió para Hidaya. La fe que estaba adormecida en su pecho, pasó a ser aplicada de una manera inteligente en el Dios vivo, provocando como consecuencia, la cura, la liberación espiritual y la paz.
“Recibí la unción con aceite y la oración de fe, y los dolores desaparecieron inmediatamente. Le pregunté al pastor qué me había hecho, ya que aquello para mí era imposible de creer. Por primera vez vi que uno de mis muchos problemas, había sido solucionado. En seguida, comencé a dormir. Para mí, el sueño, solo venía acompañado del alcohol. Era algo inexplicable. Yo escuchaba hablar de Dios antes, pero nunca había experimentado a ese Dios, no había visto Su poder. Decidí entregarme de cuerpo, alma y espíritu. Me bauticé. Entonces toda mi familia se puso en mi contra. Pero esta vez era diferente porque yo tenía paz. Ya no era la misma persona, todo se había trasformado dentro de mí. Ya no tenía más vicios, ni estaba en la prostitución. Mi vida económica estaba restaurada. Mi vida había cambiado del agua al vino. Yo vencí”, celebra feliz.
Trabajo incesante
El grupo “Ángeles de la Noche” llevando esperanza a las personas que viven en la calle.
En cada esquina de Tanzania, se encuentran personas como Hidaya. Por ese motivo, el trabajo de evangelización no se limita a los templos, sino que también llega a los hospitales, a los asilos y, en el marco de una sociedad con la Asociación de Albinos del país, lleva esperanza a los despreciados.
“Queremos llevar la Salvación a todos los públicos. Nos dedicamos también a los jóvenes, yendo a las escuelas a hacer conferencias. Tenemos el grupo “Ángeles de la Noche”, que presta asistencia a habitantes de la calle. Gracias a Dios nos ha faltado espacio para acomodar las personas que llegan los domingos a la iglesia”, explica el pastor Marcos.
Los obreros del país están siempre listos para ayudar a quien sufre.
Para alcanzar tanta gente al mismo tiempo, es necesario contar con la colaboración de los nuevos y antiguos convertidos, que, para el pastor, formaron la espina dorsal de esta grandiosa Obra. “No tengo palabras para expresar cuán importantes son los obreros, colaboradores, evangelistas, jóvenes y voluntarios. Sin su ayuda, nada de lo que hasta hoy alcanzamos hubiera sido posible. Eso sucedió porque el Dios de la Creación, el Dios de Abraham, el Dios de la Biblia, nuestro Señor y Salvador Jesucristo ha realizado y continuará realizando grandes obras en Tanzania”, concluye el pastor, listo para continuar atendiendo al precioso llamado de ganar almas para el Reino de Dios.
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