¿Alguna vez sentiste sed? Claro que sí. Cuando hace calor, cuando transpirás, cuando pasás horas sin tomar nada… el cuerpo reacciona y te lo hace saber. Sentís esa necesidad urgente de hidratarte, y cuando por fin tomás ese primer sorbo, todo cambia. Es casi milagroso: sentís alivio, volvés a la vida.
Pero… ¿qué pasa cuando esa sed no es física, qué pasa cuando lo que tenés seco no es el cuerpo, sino el alma?
Esa sed interna, esa falta que nada logra llenar —ni los logros, ni el éxito, ni las comodidades— es una señal clara: necesitás algo más profundo. Algo que no se compra, no se gana, no se fabrica.
Jesús dijo:
«El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de Agua Viva.» Juan 7:38
Y esa Agua Viva no solo sacia… transforma. Da vida. Renueva.
Este domingo de julio, vas a tener la oportunidad de recibir una gota de esa Agua Viva Consagrada al Dios Altísimo, con fe y propósito. Una oportunidad para vos y tu familia, para abrir caminos de milagros en el matrimonio, en la salud, en las finanzas y, sobre todo, en tu vida espiritual.
Desde las 8:30 hasta las 9:15 de la mañana, el Obispo Julio y los pastores van a estar en la entrada de la Sede Nacional de la Iglesia Universal, en Av. Corrientes, colocando esta Agua Viva.
A las 9:30 hs comenzará la Reunión de la Familia, la Fe y el Espíritu Santo. Acercate con una botella de agua, tu Biblia y un anotador. Y vení con sed… porque Dios quiere saciarte como solo Él puede.