Su hijo sentía odio hacia su papá, pero todo cambió
María: “Mi hijo sentía odio hacia su papá. Él lloraba porque mi hijo le quería golpear y le decía: ‘no siento nada por vos, no siento amor’. Para mí, era imposible que se restaurara esa relación. Sin embargo, llevé sus fotos a la reunión de los sábados y ellos empezaron a hablarse y a llevarse bien. Hoy comparten momentos juntos y van a la cancha. Parecía imposible, pero Dios lo hizo”.
“Yo tenía un tumor maligno”
Mercedes llegó a la reunión en busca de un milagro y lo obtuvo. Este es su testimonio: “Yo tenía un tumor maligno. Había sido desahuciada por los médicos. Yo no podía caminar ni sentarme porque era muy doloroso. Sin embargo, desde que comencé a participar los sábados de las reuniones de los Casos Imposibles, puedo hacerlo sin problemas, gracias a Dios. Lloro de alegría”.
Tenía aplastamiento de vértebras
Gladys: “Yo sufría de muchos dolores de columna. Mi situación se complicó cuando tuve un accidente en el colectivo y me golpeé la cabeza.
Me hicieron los estudios médicos, y los doctores me dijeron que me tenían que operar porque había tenido un aplastamiento de vértebras. Pero yo decidí pasar por el Valle de la Sal y no hizo falta la cirugía, gracias a Dios”.
“No podía creer la ganancia que tuve”
“Yo soy distribuidor de productos naturales para la salud. Tras la pandemia, las ventas habían caído. Los últimos años prácticamente no había vendido. Fue duro y difícil. Pero hace una semana hice una venta grande y tuve una ganancia considerable que no podía creer. Para mí, eso era imposible porque últimamente vendía pequeñeces. Gracias a Dios, se abrieron las puertas”.
Participe de la reunión de los Casos Imposibles todos los sábados a las 7 h, 9 h, 12 h, 15 h y 19 h en la Universal más cerca de su domicilio.
Si usted quiere comunicarse con nosotros, puede hacerlo llamando al: (011) 5252-4070.