Verónica Contreras logró la restauración de su matrimonio tras usar la fe de manera inteligente. Ella y su esposo peleaban constantemente, las discusiones y las agresiones hicieron que la crisis se estableciera en la pareja.
“No teníamos diálogo y el matrimonio estaba frío porque habíamos optado por dormir en camas separadas. Esto me llevó a estar depresiva y descargaba toda la frustración en mis hijos. Él, por su parte, se refugiaba en el alcohol”, cuenta Verónica y afirma que llegó a pensar que el suicidio sería lo mejor para terminar con tanto sufrimiento.
Ella no dudó a la hora de enviar su pedido al Templo de Salomón, depositó su sacrificio en el Altar y creyó que la respuesta vendría. Así sucedió, Dios restauró completamente su matrimonio. Hoy su familia vive en armonía y disfruta de las conquistas de la fe, pues pudieron comprar su casa y dos autos. “Valió la pena el sacrificio”, afirma sonriendo.
“Logré abrir mi propio negocio”
Luis Del Sordo había perdido el fondo de comercio, tenía una deuda de $250.000 y estaba con siete juicios en contra. Su economía se veía seriamente afectada y las consecuencias repercutían en otras áreas de su vida. “Tomaba, fumaba, insultaba a mi esposa y agredía a mis hijos”, cuenta Luis al recordar esos momentos en que no encontraba una salida.
En la Universal él descubrió que había forma de resolver su situación si colocaba su fe en práctica. Entonces, decidió sacrificar y enviar su pedido al Templo de Salomón. “Estaba seguro de que lo que Dios iba a hacer sería extraordinario”, destaca.
Después de que su pedido llegó al Templo de Salomón Luis experimentó el poder de Dios. Las puertas se abrieron y abrió su propio negocio, una panadería. Logró solucionar los juicios, compró su casa y comenzó a pagar un auto 0 km. Hoy su vida es diferente, él cambió y alcanzó la estabilidad que tanto necesitaba.
Rosa Zelarayan envió su pedido al Templo de Salomón porque su salud estaba siendo afectada por los nódulos que le habían aparecido en las mamas. Ese no era el único problema que enfrentaba, su economía también estaba complicada, pues tenía una deuda de $30.000.
Ella sabía que el sacrificio es el camino más corto para obtener una respuesta importante, por eso se lanzó en el Altar. En otras oportunidades Rosa había obtenido la respuesta de Dios: su hijo fue sanado de hepatitis B sin necesidad de medicación, su nieta sanó de una infección en el pulmón por el que debían operarla y de tener que vivir en una habitación de hotel, pasó a tener un lugar digno donde vivir.
Esta vez, al usar nuevamente su fe a través del sacrificio obtuvo la respuesta a su pedido, Dios la sanó de los nódulos y le dio las condiciones para cancelar el total de la deuda. Rosa sabe que la fe depositada en el altar sí funciona.
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