Graciela Balbuena sufrió desde pequeña debido a una maldición hereditaria. Su salud se veía afectada por quistes en los ovarios e infección en los riñones. Pero no solo su cuerpo padecía por los problemas de salud, espiritualmente también sufría. Tenía nerviosismo, depresión e insomnio, razón por la que debía tomar medicación para poder dormir. Además constantemente sentía dolores de cabeza.
En su matrimonio las agresiones verbales y físicas hacían que lo que había sido un sueño se convierta en una pesadilla que se repetía día tras día. Los vicios de cigarrillo, alcohol y juego de su esposo la deprimían aun más.
Sin embargo, había una salida para todo lo que ella estaba viviendo, Graciela encontró la solución a sus problemas en la Universal. Al participar de las reuniones fue liberándose de todo lo que la alteraba, poco a poco fue cambiando internamente hasta que ya no fue víctima de la depresión y el insomnio. Dios restauró su salud y también su matrimonio. Hoy su vida es completamente diferente gracias al poder del Dios Vivo. Graciela puede disfrutar de una vida armoniosa en familia porque aprendió a usar su fe para solucionar todos sus problemas.
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