Cuando el tema es infidelidad conyugal, hay mucho más por detrás de esta debilidad
La frase “la carne es débil” se suele usar como justificación por quien dice que no logra resistir la tentación de traicionar al cónyuge. Pero, por detrás de esta excusa, hay muchas más cuestiones cuando se trata de infidelidad conyugal.
Causas y consecuencias del problema
Venganza, intención inadecuada de llamar la atención, curiosidad o problemas conyugales son algunos argumentos que una persona usa para traicionar. A pesar de que los motivos sean diferentes, la raíz es la misma: el descontrol emocional que lleva a la persona a una fuga. De esta manera, en lugar de resolver sus dificultades, la persona prefiere buscar a alguien para distraerse de las cuestiones pendientes. Muchas personas no fueron preparadas para asumir las consecuencias de sus acciones y, por ese motivo, viven huyendo de las realidades que crean. Además, hay quienes intentan proyectar sus acciones por medio de la actitud del otro, transfiriendo una culpa que, en realidad, es de quien tomó la decisión equivocada.
Hijos enfermos
Se engañan los que piensan que las consecuencias de una infidelidad se resumen solo en la separación de la pareja, porque los matrimonios que atraviesan una infidelidad y tienen hijos, estos son los perjudicados; son los que se enferman emocionalmente por la presión de la situación y por las secuelas de todo el proceso que conlleva la separación.
El lado espiritual
Es importante entender que la traición es un comportamiento que forma parte de la naturaleza humana, sumado a este está el factor espiritual, porque el diablo promueve todo para destruir matrimonios y familias.
Por eso es tan común escuchar relatos de personas con conductas intachables en otras áreas de la vida que, en algún momento, cedieron ante este comportamiento y no lograron explicar el motivo. Esta falta de comprensión sugiere que la traición no es solo una cuestión moral, sino también un fenómeno de naturaleza espiritual.
Y, al contrario de lo que muchos piensan, el adulterio comienza con la mirada y con los pensamientos de codicia. Según las enseñanzas de Jesús, el adulterio no comienza en la cama, sino en el corazón y en la mente; permitiéndose fantasías y pensamientos de traición, que ya es un paso rumbo al acto en sí.
Es posible recomenzar
Los problemas de relación tienen raíces que deben tratarse. Para evitar la infidelidad o reparar un error es necesario autoconocerse; reconocer los síntomas emocionales y desarrollar herramientas de inteligencia emocional para enfrentar los problemas, y no huir de ellos.
Luego de una traición, independientemente si la pareja decide seguir junta o no, es imprescindible el verdadero cambio, que solo sucede cuando el corazón humano es transformado por Dios en un nuevo corazón.
Pasos que te ayudarán:
1.° Buscá ayuda emocional y espiritual.
2.° Trabajá en vos antes de intentar restaurar tu relación.
3.° Aprendé a perdonar, incluso si no seguís con la persona.
4.° Invertí en tu crecimiento emocional y espiritual.