Muchas personas notan que su corazón palpita y consideran que están teniendo un ataque cardíaco por la velocidad con que late su corazón y recurren a los servicios de emergencia, en realidad están sufriendo un ataque de pánico debido al miedo de que algo malo suceda.
¿Qué es un trastorno de pánico?
Es una reacción de ansiedad muy intensa, acompañada de la sensación de falta de capacidad para controlar esta reacción, e incluso la convicción de que uno puede llegar a morir en ese momento. Esta crisis de ansiedad puede producirse en diferentes situaciones y en cualquier momento. Comienza de repente y el episodio dura como mucho de 10 a 20 minutos. Un pensamiento altamente preocupante hace que haya hiperventilación, entonces el organismo envía una respuesta fisiológica que libera adrenalina para responder a una emergencia.
Los criterios para diagnosticar un ataque de pánico son los siguientes:
Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de al menos cuatro de los siguientes síntomas:
-Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca
-Sudoración
-Temblores o sacudidas
-Sensación de ahogo o falta de aliento
-Sensación de atragantarse
-Opresión o malestar torácico
-Náuseas o molestias abdominales
-Inestabilidad, mareo o desmayo
-Desrealización o despersonalización
-Miedo a perder el control o volverse loco
-Miedo a morir
-Sensación de hormigueo
-Escalofríos o sofocos
“No solo tenía ataques de pánico, también sufría trastorno bipolar”
Claudia Silva tuvo una vida difícil, eso fue generando en ella problemas de índole psiquiátrico. “Tuve que dejar a mis hijos con su abuela por tres años. En ese tiempo yo los iba a ver y los trataba con amor, pero cuando pasaron a vivir conmigo los trataba mal. Tenía trastorno bipolar. Era difícil convivir conmigo, nadie me soportaba en mi casa. Además, comencé a tener ataques de pánico, no me podía quedar sola en mi casa, siempre tenía que quedarse alguien conmigo. En ese tiempo empecé a escuchar voces y en la desesperación recurrí a la casa de los espíritus”, cuenta.
Le prescribieron medicación psiquiátrica y a pesar de aumentar la dosis no le hacía efecto. “El peor momento fue cuando pensé en suicidarme”, reconoce.
Ella encontró la solución a sus problemas de salud cuando se acercó a la Universal. “Mi hijo me invitó a la iglesia, fui a la reunión y encontré alivio, desde ese día no dejé de ir y al tiempo fui sanada, la relación con mi marido cambió y nuestra familia logró vivir en armonía”.
Martes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a su casa.
[related_posts limit=”17″]