Los efectos de las drogas en el organismo son devastadores. Alucinaciones, euforia, confusión, angustia, taquicardia, náuseas, deshidratación, hipertermia e hipertensión son algunos de los tantos efectos en la salud que producen las sustancias adictivas. Cuando la adicción es muy severa, se dice que el adicto es “un muerto en vida” debido al estado en el que se encuentra.
Sucios, extremadamente flacos, con la mirada perdida, la dentadura arruinada y con dificultades para hablar, vagan por la calle rogando por una dosis que los haga olvidar el calvario que están viviendo.
¿Hay una salida o son casos perdidos? Para Dios no hay casos perdidos, por eso, este domingo, en el Tratamiento para la Cura de los Vicios, todos los que hasta ahora estuvieron muertos debido a un vicio van a resucitar.
Si usted reconoce que su vida o la de un ser querido se está apagando por culpa de una adicción, no lo dude, acérquese este domingo 27 de marzo a las 15 h a Av. Corrientes 4070, en Almagro, donde, por la fe, volverá a la vida.
“Mis padres me daban alcohol de pequeña”
Johanna: “Fui adicta al alcohol, cigarrillo, marihuana, pepas, nevados y pastillas.
Empecé a tomar alcohol jugando, mis padres me daban bebida cuando yo era chica, como si fuera algo gracioso.
Pero a medida que crecí empecé a tomar más y ya de adolescente encontré ‘amigos’ que me hicieron probar el cigarrillo. Cuando dejó de satisfacerme busqué consumir cosas más fuertes, pero nada llenó mi vacío.
En cierto punto de mi vida pasé por muchas situaciones malas y no aguanté más, quise suicidarme. Junté todas las pastillas que encontré en mi casa y me las tomé con una botella de whisky, pero no pasó nada, solamente dormí un día entero.
Gracias a Dios hice el Tratamiento y ya no consumo más nada, ni siquiera un cigarrillo, si alguien fuma cerca de mí siento ganas de vomitar”.
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