La prueba de una verdad es el tiempo. Cuando algo es verdadero, no importa el tiempo que pase, porque seguirá siendo lo que siempre fue. El tiempo pasa, se hacen nuevos descubrimientos, las circunstancias y las personas cambian, pero la verdad permanece igual. Esta es la prueba de una verdad.
Sabemos que hay verdades en este mundo que van cambiando, creciendo y adaptándose, y está la verdad de la Palabra de Dios, como dijo el profeta: «… Tus consejos antiguos son verdad y firmeza», Isaías 25:1. La Palabra de Dios es inmutable y podemos construir nuestra vida sobre ella, sin miedo a que nos vaya mal, porque es atemporal y no cambia.
Muchas personas relacionan lo antiguo con lo pasado de moda y obsoleto, pero no siempre es así. El tiempo también muestra que eso se probó, comprobó y aprobó. Muchas cosas antiguas han prevalecido a lo largo de los siglos y de las generaciones, porque vencieron la prueba del tiempo, como la Biblia. Sus verdades siguen transformando vidas, cambiando el interior de las personas, restaurando familias, matrimonios y curando enfermos. La Palabra de Dios muestra lo que sucedió en el pasado y aún hace lo mismo hoy, porque Su Palabra es una extensión de Él.
Tenga cuidado con lo que llega con títulos modernos y progresistas, porque no siempre las cosas nuevas realmente son lo mejor para usted. Muchas de estas cosas que son normalizadas aún no se probaron. La medicina, la psicología y la psiquiatría, por ejemplo, aún no entienden los impactos del acceso ilimitado a internet por horas y horas diariamente, principalmente por parte de los niños y adolescentes. Esta es la primera generación que crece con este tipo de acceso y ya vemos las consecuencias de eso, como niños que presentan depresión, se cortan e intentan el suicidio. Nunca hubo una generación tan suicida y con tantos recursos como la actual.
Digamos que eso es un experimento sobre el hecho de que no sabemos lo que pasará en el futuro.
El prudente sabe valorar lo que es antiguo y precioso, especialmente porque eso ya se probó y aprobó. También sabe identificar cuando algo nuevo es para su bien, porque el que le da esa sabiduría es el Espíritu Santo.
Por lo tanto, busque esa sabiduría antigua, que es la Palabra de Dios. Sintonícese a ella, que es la verdad, es firme y no cambiará más tarde, en el noticiero de la noche.