El nuevo año ya está aquí, y con él, de repente, también hay varios proyectos y deseos a ser materializados.
Tradicionalmente, muchas personas, al final de cada año, realizan una lista de metas para cumplir durante el año siguiente. Tal vez porque ese período represente un momento de reflexión sobre lo que se ha hecho hasta el momento.
Es cuando las personas miran hacia atrás, piensan sobre todo lo que pasó y después se fijan con esperanza en el futuro. Es como si una gran puerta de posibilidades se abriera junto al año que comienza.
Algunas personas pueden incluso preferir no realizar una lista, sin embargo aun así, son capaces de proyectar algo, aunque sea en un simple borrador mental, para el año que vendrá.
Entonces, el año nuevo llega y cuando se da cuenta del tiempo que transcurrió, enseguida viene la sorpresa: “¡Wow, ya estamos en el 2015! ¡Cómo pasa rápido el tiempo!” Se puede percibir, por lo tanto, que el tiempo es un recurso no renovable.
Por eso, la vida debe llevarse a cabo con sabiduría.
¿Qué es lo que usted desea?
En el libro de Salmos, encontramos el siguiente fragmento bíblico: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.” (Salmo 90:12)
Cuando el salmista registró estas palabras, deseaba que Dios lo ayudara a reflexionar sobre su vida, para que, a través de ella, pudiera agradar a los ojos del Señor.
“¿He conducido mi vida de una manera que la misma agrade a Dios?”, “¿Acaso he aprovechado mis años aquí en la Tierra haciendo el bien delante del Señor, o he hecho el mal delante de Él?”, “¿He mantenido mi alianza con Él a través de mis acciones?” Son preguntas que, tal vez, podrían haber sido elaboradas en la mente del salmista en aquel momento.
Y así, con la orientación de Dios, podría darse cuenta de sus errores, y podría corregirlos de tal forma que alcanzara un corazón sabio delante del Señor.
En general, las personas expresan sus deseos para el nuevo año, pero, ¿acaso mantener la Salvación y la fe en Dios, haciendo lo que a Él Le agrada, está entre ellos?
Dios desea que hagamos ese tipo de reflexión, para que de esta manera, podamos mantener a cada nuevo año nuestra alianza con Él, hasta la consumación de los tiempos.
“…y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y Se entregó a Sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20)
Si usted quiere conocer verdaderamente al Señor Jesús, participe de una reunión en la Universal principal ubicada en Av. Corrientes 4070 – Almagro.
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