A los 23 años de edad, Jonathan Lopes de Santana (foto), se marcó el brazo y una pierna con una aguja, se dibujó un hacha (foto abajo) y el número 36 – su herramienta y su objetivo. Y salió de su casa para destruir la vida de decenas de personas.
En su Chevrolet Astra verde, fue en búsqueda de sus víctimas. La primera elegida fue una mujer que vivía en la calle, porque según Jonathan, los desamparados no están integrados al sistema, ya que no pagan impuestos y viven a expensas de los demás. Él ya mató a tres personas que vivían en situación de calle.
El joven alega haber hecho un pacto con el mal. Dice que oye voces y las mismas le ordenaron que mate a 36 personas. El miércoles 3 de diciembre último, el muchacho salió de su casa para cumplir esa meta.
Sin embargo, esta vez, él no se enfocó solo en las personas sin hogar. La primera víctima vivía en la calle, las otras dos no. Siempre buscando primero desmayar a las víctimas con el mango del hacha antes de matarlas, él ya asesinó a seis personas en seis días.
Voces diabólicas
La policía llegó a la casa de Jonathan ese mismo miércoles, a través de una denuncia. Según el comisario de la región de Mogi das Cruzes (en la gran São Paulo, región en la que el muchacho cometió los asesinatos), Marcos Batalla, él estaba tranquilo y consciente. Las armas que utilizó fueron incautadas (además del hacha pequeña y un cuchillo) e, incluso, antes de llegar a la comisaría, él confesó los crímenes.
“Yo evalúo que es un sujeto frio, calculador y, conversando con él, admitió todos los crímenes con riqueza de detalles. Si tiene alguna enfermedad, no es una que lo lleve al punto de no saber lo que estaba haciendo. Él sí lo sabía”, afirmó el comisario.
Jonathan le explicó a los policías, que todos esos asesinatos fueron influenciados por los videos de guerra que miraba y por voces diabólicas. “A veces yo escucho voces. No sé si es un demonio, pero es algo maligno, para matar a esas personas”, declaró.
La policía investiga si está involucrado en otros delitos cometidos en la región desde principios de este año.
Vino para robar, matar y destruir
Jonathan no es el único que oye voces. Muchas personas pasan por ese mismo sufrimiento, por esa perturbación. Están bajo el dominio del mal, que “…no viene sino para hurtar y matar y destruir…”, como está escrito en Juan 10:10.
“Cada persona que está en las manos de esos espíritus, primero es una víctima, y luego, se convierte en un instrumento, porque además de sufrir, también termina siendo usada para hacer sufrir. Por eso, si usted se da cuenta de que también tiene esa influencia negativa que lo ataca, debe buscar la ayuda de un Espíritu Superior. No puede enfrentar con la fuerza de su brazo, algo que es más fuerte que usted”, advierte el especialista en lo paranormal, obispo Guaracy Santos.
El primer paso para liberarse de ese tipo de influencia maligna es reconocer que se encuentra en esa situación. Cuando la persona es consciente del problema puede buscar ayuda, o si la persona que está su lado percibe esta influencia, puede ayudarla.
La Universal realiza un trabajo especial para las personas que sufren con audición de voces, visión de bultos y con otros síntomas de problemas espirituales. La Reunión de Liberación se realiza todos los viernes, en todas la Universal, encuentre una más cercana a su domicilio ingresando en: http://universal.org.ar/direcciones/.
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