¡Un miércoles que aprendimos un poco más sobre el Sacrificio de Abraham para Dios y cómo Lo adoró con él, en el Templo de los Milagros!
Jesús le dijo: Yo Soy La resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá. Juan 11:25
Si nuestra vida con Dios está muerta, significa que todas las otras áreas de nuestra vida también están muertas.
La obediencia no se materializa con palabras, sino con actitudes, obras y hechos.
Después de conocer la Palabra de Dios, Él nos hace pasar por muchas cosas, con el fin de probarnos.
En nuestro camino, Dios nos va a pedir todo tipo de sacrificios y entregas; nosotros solo debemos obedecer.
Entonces Abraham dijo a sus mozos: Quedaos aquí con el asno; yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros. Tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac su hijo, y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Y los dos iban juntos. Génesis 22:5-6
A Dios hay que temerle incondicionalmente; muchas personas no creen en Su Palabra porque buscan explicaciones.
Si tenemos el Espíritu Santo dentro nuestro, tenemos Autoridad, Paz y Certeza de la Salvación; no debemos guiarnos por pensamientos, sentimientos ni emociones.
pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. Hechos 1:8
Tenemos que honrar y valorar a Dios hasta el último suspiro; Su Palabra es cortante como un cuchillo.
Si por causa del día de reposo apartas tu pie para no hacer lo que te plazca en mi día santo, y llamas al día de reposo delicia, al día santo del Señor, honorable, y lo honras, no siguiendo tus caminos, ni buscando tu placer, ni hablando de tus propios asuntos, entonces te deleitarás en el Señor, y yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra, y te alimentaré con la heredad de tu padre Jacob; porque la boca del Señor ha hablado. Isaías 58:13-14
No nos tenemos que acomodar ni andar en lugares indebidos; Dios tiene que ser nuestra única Prioridad.
Debemos tener cuidado con lo que pensamos y hablamos para no desviarnos.